Por: Guillermo Alvarado

El secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, y el encargado especial de Washington para Venezuela, Elliot Abrams, realizaron sendas giras en estos días, el primero por Sudamérica y el segundo a la península Ibérica, en lo que parece ser una recomposición de las estrategias norteñas para deponer al presidente Nicolás Maduro.

Pompeo se entrevistó con los presidentes de Chile, Perú, Paraguay y Colombia, a los que sin duda impartió instrucciones precisas para arreciar el cerco contra la Patria de Bolívar, las que fueron de objeto de análisis durante la descafeinada reunión del Grupo de Lima celebrada este lunes.

Como elemento novedoso en esta gira proconsular figura la definición de la República Popular China como el adversario principal de Estados Unidos en América Latina y no solo por la relación estrecha que el país asiático tiene con Venezuela, sino por su ventajosa posición en los mercados locales.

Así, por ejemplo, recibió un tirón de orejas el gobernante chileno, Sebastián Piñera, debido a la eventual negociación entre su gobierno con el gigante chino Huawey. Pompeo aseguró que cuando China hace inversiones en lugares como América Latina, “a menudo inyecta capital corrosivo en el torrente sanguíneo económico, dando vida a la corrupción y erosionando el buen gobierno”.

El embajador chino en Santiago, Xu Bu, respondió que Mike Pompeo ha perdido la cabeza y llegó demasiado lejos.

A lo largo de su periplo el funcionario estadounidense repitió la letanía acerca de la supuesta injerencia china, rusa, iraní y cubana en los asuntos internos de Venezuela, cuando la realidad muestra exactamente todo lo contrario, pues el único interventor conocido en América es justamente Washington.

Al mismo tiempo Abrams visitó Portugal y España, siempre con la intención de que ambos países europeos se presten a asfixiar económicamente a Venezuela y apliquen sanciones contra los gobiernos amigos de Caracas.

Uno de los objetivos del enviado de la Casa Blanca es lograr que la empresa ibérica Repsol rompa sus vínculos comerciales con Petróleos de Venezuela.

Previo a la gira de estos dos personajes hubo un acontecimiento inquietante como lo fue la organización de una mesa redonda patrocinada por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, uno de los “tanques pensantes” de Estados Unidos, donde especialistas, militares y políticos norteamericanos y sudamericanos debatieron acerca de las posibilidades de una acción armada contra Venezuela.

La información la reveló el periodista Max Blumenthal, quien afirmó que esto demuestra que las opciones militares también son analizadas por Washington.

Entre los asistentes a la mesa redonda estuvo el almirante Kurt Tidd, ex jefe del Comando Sur y autor, no olvidemos, de un manual de operaciones para intervenir con una fuerza multinacional latinoamericana, comandada por el Pentágono, y poner fin a la Revolución Bolivariana.

No podemos caer en el engaño de que la variante militar está siendo relegada por las sanciones políticas y económicas. La verdad es que todo, absolutamente todo lo que pueda utilizar contra Venezuela, Washington lo estudia con detenimiento.