Uruguay pone en jaque a Almagro

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2019-06-28 08:00:56

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Foto: Archivo.

Por: Roberto Morejón

La cuadragésimo novena Asamblea General de la OEA, Organización de Estados Americanos, estaba destinada a expresarse como una plataforma amarga contra Venezuela y por lo tanto carecía de interés, pero la postura de la delegación de Uruguay atrajo las miradas de los analistas.

Los representantes de la República Oriental se retiraron del foro en la ciudad colombiana de Medellín a causa de la presencia de delegados del autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.

Con toda razón, los uruguayos cuestionaron la validez de los cómplices de Guaidó, una figura impuesta por la administración estadounidense y autopropuesto estadista encargado de Venezuela sin ser validado por institución alguna.

Si bien las agencias hegemónicas bombardean con la estadística de que Guaidó fue reconocido por casi medio centenar de países, lo cierto es que la mayoría de los asentados en la ONU, 193, se negaron a seguir ese camino.

No obstante, el llamado Grupo de Lima, regido por Estados Unidos, y Colombia, Chile, Brasil, y Argentina despliegan una feroz campaña para sostener al autoproclamado presidente opositor.

En esa cruzada para restarle validez al gobierno constitucional de Venezuela encabezado por el presidente Nicolás Maduro ocupa un papel importante el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien maneja obsesivamente el tema de la Revolución Bolivariana.

Almagro, considerado atinadamente como uno de los cabecillas más serviles en la historia de la OEA, sufrió una derrota contundente cuando en la cuadragésimo novena Asamblea en Medellín varias delegaciones se opusieron a la presencia ilegal de los representantes de Guaidó.

Finalmente, la delegación uruguaya y su titular el subsecretario de Relaciones Exteriores Ariel Bergamino hicieron tambalear a Almagro cuando cuestionaron a los enviados de Guaidó.

Bergamino dijo muchas verdades ante un atónito Almagro, uruguayo igual que el subsecretario, pero con médula estadounidense.

El viceministro visitante llamó la atención sobre la convalidación de las credenciales de los súbditos de Guaidó porque de esa forma se reconoce un nuevo gobierno de Venezuela, todo un ataque a la institucionalidad de la OEA.

Y a continuación el abanderado de Montevideo se preguntó qué papel tuvo la OEA en el proceso de paz de Colombia y respondió que ninguno, pues solo se tiene preocupación selectiva.

La valiente, precisa e inquisidora posición de Uruguay en la asamblea de la OEA, junto a la de Bolivia, México, Nicaragua y países caribeños, implicó un revés de Almagro y de los presidentes que mantienen al bien llamado ministerio de colonias como el furgón de cola de Estados Unidos.



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