Por: María Josefina Arce

Como el primer día, así se ha mantenido durante cincuenta años el apoyo y solidaridad de la Brigada Venceremos al pueblo cubano, con el que en estos días comparte una vez más como amigos.

Medio siglo de mantenerse firme ante las presiones, multas y otras acciones represivas definen a los brigadistas, que no han cejado en sus esfuerzos por dar a conocer en territorio estadounidense la verdad de Cuba, que las distintas administraciones de Estados Unidos han intentado tergiversar.

Cuba no está sola, así lo manifestó en La Habana una de las fundadoras de la Brigada, Leisle Kagan, quien expresó que durante estos años han aprendido que la solidaridad no es un lema, sino un compromiso que debe ser vivido día a día, porque cuando las personas se unen pueden determinar, configurar y reconfigurar la historia, como lo ha hecho la Revolución Cubana junto a amigos de todo el mundo.

En un encuentro en el ICAP, Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, la vicepresidenta de esta institución, Noemí Rabaza, afirmó que Cuba está eternamente agradecida por el trabajo de los brigadistas y el apoyo brindado a la lucha del pueblo cubano por la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace casi seis décadas.

Ciento 64 personas de 14 estados norteamericanos viajaron esta vez a la Mayor de las Antillas, para continuar patentizado su respaldo a la revolución cubana y su compromiso de seguir dando a conocer los logros de los cubanos, aún en las difíciles condiciones que impone el cerco unilateral, que se ha recrudecido bajo la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.

Venceremos fue la primera brigada de trabajo voluntario y solidaridad con la nación caribeña. Los primeros dos contingentes trajeron a nuestro país 216 y 867 integrantes en 1969 y 1970, respectivamente, y nunca ha solicitado al gobierno norteamericano permiso para viajar a la isla, en franco desafío a esta prohibición.

Más allá de edades, razas, clases sociales, nivel cultural, preferencia política o sexual, los brigadistas hacen valer su derecho de viajar libremente, sin tener que pedir permiso al gobierno, al tiempo que muestran su simpatía hacia el archipiélago.
En total se estima que, a lo largo de medio siglo, más de 10 mil estadounidenses han llegado por esta vía a territorio cubano, precisa el semanario cubano Trabajadores.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, fue un amigo de este contingente y en varias ocasiones además de conversar fraternalmente sobre temas de común interés, participó junto a sus integrantes en los trabajos voluntarios.