En deterioro situación de Bolivia

Édité par Maite González Martínez
2019-11-12 08:02:09

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Imagen tomada de Milenio

Por: Guillermo Alvarado

El presidente Evo Morales y parte de sus colaboradores están a salvo gracias a la intervención de México, pero en Bolivia la situación se deteriora con rapidez luego de que el ejército y la policía por fin salieron a las calles, pero a reprimir con extrema violencia a quienes protestan contra el golpe de Estado.

Tras permanecer durante varios días acuarteladas, casi, casi emboscadas en sus recintos mientras transcurrían las últimas horas de la administración del Movimiento al Socialismo, MAS, ambas instituciones se lanzaron este lunes en la ciudad de El Alto contra grupos de civiles desarmados simpatizantes de Evo.

De acuerdo con distintas fuentes hay por lo menos tres muertos y numerosos heridos. El hasta ayer ministro de la Defensa, Javier Eduardo Zavaleta, al presentar su renuncia responsabilizó a las fuerzas armadas y la policía por la represión y aseguró que durante el gobierno de Evo jamás se dio la orden a los soldados y marineros de voltear sus armas contra el pueblo.

Al mismo tiempo aumentan las críticas hacia la desprestigiada Organización de Estados Americanos, OEA, uno de los factores que desencadenaron el golpe con la filtración de un informe acerca de supuestas irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, dando así argumentos a la derecha opositora que venía complotando aún antes de celebrarse esos comicios.

Forzando la buena voluntad, podría decirse que la difusión de ese documento fue una irresponsabilidad cometida en un momento crítico, pero la historia nos hace pensar que más bien se trató de una rampante complicidad.

Muchos se preguntan por qué la OEA no aplicó de inmediato la socorrida Carta Democrática contra los golpistas bolivianos, como se pretendió hacer con el legítimo gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

La responsabilidad de esta tenebrosa entidad en el golpe de Estado contra Evo Morales se suma a su silencio, más bien su ausencia, en las crisis de Ecuador y Chile donde a pesar de la brutalidad policial contra los civiles la OEA se hace sorda, ciega y muda.

En medio de este complejo panorama, destaca la intervención del gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en cuyo territorio estará a salvo el presidente Morales. Garantizar la seguridad y la vida del líder indígena se había convertido en un clamor desde distintas partes del mundo.

México tiene una hermosa tradición en este sentido y allí han encontrado refugio, cobijo y oportunidades tanto republicanos españoles en la primera mitad del siglo pasado, como revolucionarios de prácticamente todos los países de la región.

Lo ocurrido en Bolivia se trata, evidentemente, de un golpe duro para la democracia, la independencia y la integración en América Latina y El Caribe. pero no es el fin del combate, tal como señaló el vicepresidente Álvaro García Linera cuando evocó al rebelde indígena Túpac Katari, quien dijo antes de ser ejecutado: “Volveremos, y seremos millones”.



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