Por: Guillermo Alvarado

Profunda preocupación existe en determinados sectores políticos de Estados Unidos por las expresiones del presidente Donald Trump, quien intenta por distintos medios descalificar los comicios del 3 de noviembre próximo, ahora que los sondeos señalan que podría perder ante su rival, Joe Biden.

En un acto celebrado hace poco en la ciudad de Phoenix, Arizona, el magnate dijo que la elección presidencial de 2020 será la más corrupta en la historia de ese país, sin presentar ninguna prueba para avalar su opinión.

No es la primera vez que el jefe de la Casa Blanca hace tales afirmaciones, que atacan directamente a uno de los pilares de lo que en la nación norteña consideran como la democracia. Analistas, tanto del partido Demócrata como del Republicano, estiman que Trump estaría preparando el terreno para mantenerse más tiempo en el poder.

Entre los escenarios que se dibujan aparece la declaración de una emergencia en los estados donde el presidente corre mayor peligro de perder, con el despliegue incluso de la guardia nacional para impedir la asistencia de los ciudadanos a las urnas.

La pandemia de covid-19, que el gobernante ha ignorado hasta ahora, podría ser la excusa para esa acción.

También se prevé que el presidente podría intentar de manera unilateral posponer o cancelar los comicios, o simplemente no reconocer un resultado adverso y negarse a  realizar la transición del mando.

No son meras sospechas o ataques transitorios de paranoia. El periodista Reid  Epstein, que ha trabajado en sitios conservadores como The Wall Street Journal, Newsday y ahora lo hace para The New York Times, se refirió a cómo podría estar preparándose todo.

Aseguró que “las reuniones informativas sobre seguridad electoral, que en ciclos anteriores habían sido dadas a los candidatos por el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, ahora serían competencia del director de inteligencia nacional”. Dicho cargo lo ocupa John Ratcliffe,  íntimo de Trump.

A su vez Robert Bauer, asesor de Joe Biden, aseguró que “Asumimos que (Donald Trump) puede recurrir a cualquier tipo de truco, estrategia o plan para mantener la presidencia. Hemos creado un programa sólido para planificar y abordar todas las posibilidades y garantizar que no tenga éxito”.

Faltan cuatro meses para los comicios y la presión para el irascible magnate crece por días, por lo que cualquier cosa podría ocurrir en ese país, que por su condición de primera potencia mundial repercutirá, querámoslo o no, en todo el planeta.