Imagen ilustrativa tomada de Archivo/RHC
Por María Josefina Arce/RHC
Cuba amanecerá el 2021 con la puesta en marcha del ordenamiento monetario y cambiario, como parte de la nueva estrategia socioeconómica, aprobada en este año para continuar avanzando en el desarrollo del país y hacer frente a las adversas condiciones provocadas por la COVID 19 y el reforzamiento del bloqueo de EE.UU.
Esta tarea de grandes complejidades, pero necesaria, requiere del esfuerzo de todos, como afirmara el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, al informar oportunamente a toda al población sobre el inicio de esta etapa.
Y como siempre ha hecho el gobierno se escucharán los criterios de la población, ante cualquier problema que pueda surgir en su implementación.
Este proceso implica un nuevo tipo de cambio y el cese del CUC, peso convertible que llegó al escenario cubano como resultado de un proceso iniciado en la década del noventa del siglo pasado para hacer frente a difíciles condiciones internacionales, marcadas por la caída del campo socialista y el bloqueo norteamericano.
La medida incluye la eliminación de subsidios y gratuidades indebidas y el incremento de los salarios y pensiones, como parte de la modificación en la distribución de los ingresos.
En 2013 el Consejo de Ministros puso en vigor el cronograma de ejecución de las medidas que conducirán a la unificación monetaria y cambiaria. Desde ese momento se implementaron un conjunto de acciones para avanzar en ese camino.
En su intervención, transmitida por la radio y televisión nacional, precisó Díaz Canel (en la foto), que en los últimos dos congresos del Partido Comunista de Cuba se precisaron los conceptos fundamentales que deben regir el trabajo en ese sentido.
El General de Ejército, Raúl Castro (I) y el presidente de la República Miguel Díaz-Canel (D)
ante las cámaras de la TV Cubana. Foto: Archivo/RHC
Como se ha reiterado esta disposición no es una solución mágica a todos los problemas, pero abrirá el camino y ayudará a eliminar distorsiones que impactan en el comercio interno y externo y en el sistema empresarial.
Asimismo, las autoridades han dejado claro que ningún ciudadano quedará desamparado, pues el país siempre, aún en el peor de los escenarios, ha trabajado por el bienestar de todos y ha protegido a los sectores más vulnerables.
De gran trascendencia es esta tarea que, como subrayan las autoridades, pondrá al país en mejores condiciones para la actualización de nuestro modelo económico y social, con el propósito de consolidar una sociedad más justa, equitativa y sostenible.