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Por: Guillermo Alvarado

La Oficina del Censo de Estados Unidos reconoce que oficialmente viven allí poco más de 31,7 millones de personas de origen hispano, término que identifica a los originarios de países latinoamericanos y caribeños donde se habla español, si bien otros registros sitúan la cifra en 60 millones.

De lo que no cabe la menor duda es que este es el segmento de la población más golpeado por los efectos de la pandemia de covid-19, sobre todo entre aquellos que no han logrado regularizar su situación, los llamados “sin papeles” o indocumentados.

Hay cerca de 11 millones en esta condición y la mayor parte pertenecen a países de nuestra región. Entre los agravantes para su calidad de vida durante este 2020 figura que no pudieron recibir los dos paquetes de ayuda financiera que otorgó el gobierno federal para reducir el impacto de la crisis sanitaria.

Tampoco se sabe si la próxima administración de Joe Biden hará una tercera entrega y si, eventualmente, se tomará en cuenta a este sector, que es legalmente invisible en la potencia norteña.

Tampoco les suele ir mejor a muchos de los que cuentan con residencia y permiso de trabajo, la famosa “tarjeta verde”, que pueden acceder a empleos de mediana o baja calidad.

La inmensa mayoría laboran en áreas que fueron de las más golpeadas por la pandemia, como restaurantes, hoteles y otros servicios, o en la agricultura y las empacadoras de carne donde se multiplicaron los contagios por la falta de medios de protección y distanciamiento social.

Un artículo del diario mexicano La Jornada señala que el 24 por ciento de los 17 millones 600 mil enfermos en Estados Unidos, y el 14,7 por ciento de los 315 mil fallecidos, son originarios de Latinoamérica y El Caribe.

El Centro de Pobreza y Políticas Sociales de la Universidad de Columbia, de Nueva York, estima que la cantidad de personas afectadas por la pobreza en la nación más rica del mundo creció de 47 millones en mayo de este año a 55 millones en septiembre y la mayor parte son hispanos o negros.

Las sombrías estadísticas se pueden comprobar en las largas filas de gente frente a los establecimientos o instituciones que reparten comida gratis. Hay quienes están allí desde la madrugada para recibir algunas raciones destinadas por lo general para sus hijos.

Si este año ha sido difícil, las perspectivas para 2021 son inciertas porque aún hay muchas incógnitas sobre cuáles serán las políticas migratorias de Biden. De acuerdo con el portal digital LatinUs, de 2010 a 2016 la administración demócrata de Barack Obama expulsó de Estados Unidos a 2 millones 498 mil migrantes indocumentados, cifra nada despreciable.