Imagen / HispanTV.

Por: Roberto Morejón

Los habitantes de Gaza que remueven escombros y buscan albergues temporales para quienes quedaron sin techo por los recientes bombardeos de Israel, constatan que entre los principales damnificados emergen los niños.

En una población eminentemente joven, pues 40 por ciento son menores de 14 años, la infancia resultó, como es usual, la más indefensa ante las oleadas de metralla lanzada por el régimen de Tel Aviv durante 11 días en mayo.

Los de menos edad deberían hablar de juegos y libros, escuelas y sueños, pero desafortunadamente el recuerdo trágico de los bombardeos vuelve a sus mentes.

Así es sobre todo para los rescatados con vida de entre los remanentes de edificios fulminados por los cohetes de la aviación enemiga.

A pesar del alto el fuego, no pocos infantes en Gaza afirman tener miedo de ir solos al baño en horario nocturno, como parte de las secuelas psicológicas del horror vivido.

Otros con 16 años o poco más exhiben el tristemente célebre récord de haber vivido cuatro guerras con el adversario.

Solo durante la pavorosa campaña de semanas atrás, entre las 250 víctimas emergieron 66 de los pequeños retoños y jóvenes.

La estadística calza la lúgubre afirmación del secretario general de la ONU , Antonio Guterres: “los niños de Gaza viven en un infierno en la tierra”.

La aseveración se ilustra con el nefasto récord de Muhammed Zain al-Attar, quien tenía solo cinco meses al ser alcanzado por el fuego israelí y convertirse de esa forma en el inmolado de menos edad.

El lactante murió en la ciudad de Beit Lahia, en la Franja de Gaza, junto con sus hermanos Islam, de cinco años, y Amira, de seis.

Muhammed Zain al-Attar se sumó así a la macabra lista de más de 3 mil representantes de las nuevas generaciones ultimados en las ofensivas del régimen sionista contra palestinos en los pasados 20 años.

Todos integran sin desearlo la memoria colectiva del dolor, aunque como desde pequeños solo conocen las embestidas de Israel, piensan que es lo normal.

La prestigiosa organización Save The Children sí le otorga a la contingencia todo su relieve y por ello denunció lo que consideró como poca perspectiva de futuro de las nuevas generaciones de palestinos.

La comunidad internacional comienza a tomar nota de la magnitud de las ruinas en Gaza, pero aún está lejos de valorar las huellas que marcarán el futuro de sus niños.