Agua y fuego

Édité par Maite González Martínez
2021-07-16 07:20:47

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Por: Guillermo Alvarado

Fuertes lluvias, lodo e inundaciones en Europa, así como calor y voraces incendios en el norte del continente americano, son una especie de recordatorio que la naturaleza hace a nuestra especie de que el tiempo se agota y urge contener el cambio climático.

Los expertos han explicado hasta agotar la paciencia que los fenómenos naturales que hasta ahora hemos sorteado con alguna suerte, serán cada vez más numerosos y destructores como consecuencia del calentamiento global.

A pesar de eso, y casi con total indiferencia, nos estamos acercando al peligroso punto de no retorno, que una vez cruzado nos enfrentará a un planeta que jamás volverá a ser igual y donde la lucha por sobrevivir será cada vez más intensa y menos afortunada.

Una muestra de ello están viviendo varias ciudades de Alemania, Suiza, Bélgica y Países Bajos, antes llamado Holanda, donde los aguaceros más intensos de las últimas tres décadas obligaron a declarar la alerta roja por el desborde de ríos y embalses que causan avalanchas de agua y lodo.

Las imágenes son impresionantes, con personas atrapadas en los techos de sus casas, autos volcados, viviendas destruidas y las calles convertidas en caudalosos ríos.

Aunque todavía no hay balances definitivos, se habla de unos 60 muertos en Alemania y una decena en Bélgica, pero hay cientos de desaparecidos y habrá que esperar hasta que amaine el temporal y bajen las aguas para saber el verdadero costo humano y material de este fenómeno.

De este lado del Atlántico, ya había escrito hace unas semanas de la intensa ola de calor que azota el occidente de Canadá y el noroeste de Estados Unidos, así como de la sequía en California y otras regiones vecinas, lo que hacía crecer el riesgo de incendios forestales arrasadores.

Lamentablemente así está sucediendo y ya son cientos de miles de hectáreas de bosques reducidas a cenizas en estos últimos días.

En el estado de Oregon, azotado por un viento seco y fuerte, quedó destruida un área equivalente a 120 mil campos de fútbol y miles de habitantes huyeron.

Los expertos estiman que si el año pasado se sufrió el peor desastre por el fuego, en 2021 esa terrible marca ya esté a punto de ser rebasada.

Tanto en Europa como en América del Norte, donde lo peor todavía puede estar por llegar, pocos dudan de que el desastre tenga que ver con el calentamiento global, que está perturbando la naturaleza hasta volverla hostil.

La pregunta, hasta ahora sin respuesta, es cuándo se comenzará a hacer algo efectivo para detener este fenómeno, creado por el insensato modelo de consumo de nuestra especie, empeñada en acabar consigo misma.



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