Estados Unidos: fracaso tras fracaso

Édité par Maite González Martínez
2021-07-29 08:35:27

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Imagen ilustrativa

Por María Josefina Arce.

La admiración, el respeto y la solidaridad que despierta Cuba volvió a imponerse. Estados Unidos, a través de la OEA, Organización de Estados Americanos, fracasó en sus intentos de promover una nueva acción injerencista contra la nación caribeña.

Ante la oposición de países miembros, la OEA vio frustrada la realización este miércoles de una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente, convocado para arbitrariamente abordar la situación en la Mayor de las Antillas, después de los disturbios del pasado día 11, alentados desde Estados Unidos y que con toda mala intención han tergiversado.

Pero una vez más estados dignos y soberanos del área se negaron a prestarse al juego engañoso del vecino del Norte, que dice estar preocupado por el pueblo cubano, y sin embargo, mantiene un genocida bloqueo, incluso en tiempos de pandemia.

Precisamente la CARICOM, Comunidad del Caribe, reiteró una vez más en las últimas horas su demanda de que se ponga fin a esa hostil política que, aunque algunos tratan de negar, si causa dolor y sufrimiento a las familias cubanas.

En una carta al presidente estadounidense, Joe Biden, se enfatiza que la CARICOM considera a Cuba y su pueblo como un miembro valioso y respetado de la familia de naciones caribeñas.

El canciller cubano,  Bruno Rodríguez, en su cuenta en Twiter, subrayó que el presidente pro tempore del Consejo, embajador Washington Abdala, de Uruguay, admitió la derrota mediante una patética carta que ofende al archipiélago.

La OEA no tiene ningún derecho a juzgar, ni a inmiscuirse en los asuntos internos de un estado soberano e independiente como Cuba, que por demás no forma parte de ese organismo del cual  fue expulsada  en 1962 por escoger su propio camino y negarse a seguir los dictámenes colonialistas de Washington.

Una organización a la que La Habana nunca ha tenido interés por regresar, por su apoyo a golpes de estados contra gobiernos progresistas y a violaciones de derechos humanos.

Desde el mismo triunfo de la Revolución cubana, la OEA, de conformidad con los intereses norteamericanos, comenzó a sentar las bases para el aislamiento político-diplomático de Cuba y legitimar una agresión militar directa a través del denominado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

La realidad es que desde su fundación en 1948 ha sido un títere de los diversos gobiernos estadounidenses. Ha servido a sus intereses hegemónicos y ha callado por tanto, ante las acciones terroristas cometidas contra el pueblo cubano.

Y aunque en 2009 la Asamblea General de la OEA, celebrada en Honduras, eliminó la bochornosa resolución que en 1962 expulsó de ese foro a Cuba, la nación caribeña dejó claro que nunca regresaría a ese mecanismo de dominación colonial para los pueblos latinoamericanos.

Estados Unidos volvió a fracasar en sus intentos de promover una acción contra Cuba.

Su maniobra sufrió un duro revés cuando apenas 21 países del mundo se unieron a un documento condenatorio redactado por Washington.

En apenas un mes Estados Unidos sufre otra derrota en su política hostil contra los cubanos. El mundo recuerda la  condena en la ONU del bloqueo norteamericano. Esa fue una mayoritaria condena. Ciento ochenta y cuatro países se situaron al lado de Cuba y dijeron no a la medida genocida.



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