Preguntas en el corredor de la muerte

Édité par Maite González
2022-02-03 06:55:44

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Imagen tomada de DW.

Por: Roberto Morejón

La ONU afirma que el mundo se aleja del uso de la pena capital, con 170 países miembro que la abolieron o cesaron, pero en Estados Unidos el ritmo persiste.

Con un expresidente como Donald Trump, ferviente partidario de tales procesos extremos, les resultó más engorroso a los oponentes proseguir su enfrentamiento.

Trump se fue a regañadientes de la Casa Blanca , pero las ejecuciones continúan en 2022, cuando el calendario marca a un preso discapacitado mentalmente y a otro afrodescendiente.

No se trata de casos aislados porque más de 2 mil 500 personas estaban situadas en el fatídico corredor de la muerte en noviembre pasado.

El porcentaje de individuos de piel negra en esa pasarela es tres veces mayor que el de blancos, y en general las ejecuciones tienen más altos reportes en los estados del sur, liderados por republicanos.

Nadie intenta restarle perversidad y culpa a los encartados, solo lleva a la meditación mantener un recurso excesivo, basado en denunciados métodos, como la inyección letal.  

El afroestadounidense John Grant recibió la dosis en una prisión en el sureño estado de Oklahoma en 2021.

Los testigos constataron cómo el reo se debatía en terribles convulsiones antes de quedar inconsciente y finalizar el suplicio con una combinación de fármacos.

Los abogados de Grant argumentaron que el uso previo del sedante Midazolam representaba un tormento violatorio de los derechos constitucionales del prisionero.

No se trata de un apego a la pena capital exclusivo de Oklahoma, pues en Texas han ejecutado a más de 460 personas desde su reimplantación en Estados Unidos, casi 40 por ciento del total en el país.

En todos los estados se observa un patrón similar al extender el período de tiempo entre las condenas y las ejecuciones.

Se trata de avatares de reos con las sentencias máximas, aunque la situación de otros no deja de preocupar en una nación que supera los dos millones de personas tras las rejas.

Se trata de un asunto polémico en un país cuyos políticos reiteran con frenesí estar a la cabeza del mundo en el respeto a los derechos humanos.

Mientras esperan perturbados por su turno en el patíbulo, los moradores del corredor de la muerte se preguntan si la inflamada oratoria de sus gobernantes abordará la utilización de la pena de muerte y los denunciados métodos para aplicarla.



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