Servidores públicos puertorriqueños airados

Édité par Maite González
2022-02-11 06:03:43

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A protestar salieron los empleados públicos de Puerto Rico. Twitter @Carlostole_

Por: Roberto Morejón

El aumento de salarios a bomberos y maestros, considerado insuficiente por estos últimos, introdujo en Puerto Rico un tenso compás de espera, después de protestas de servidores públicos.

Entre mensajes autoritarios, el gobernador Pedro Pierluisi informó sobre los incrementos a docentes y luchadores contra incendios, enardecidos por el deterioro de las condiciones de vida y de labor.

Los pedagogos han proclamado en las calles los apremios en su gestión, como la carencia de útiles escolares y materiales para frenar el deterioro de las escuelas.

Puerto Rico también suspira por la falta de profesionales ante las aulas.

Dirigentes sindicales denunciaron que a 45 mil de los 60 mil matriculados en la Educación Especial les faltan algunos de los maestros que deberían cubrir sus requerimientos.

Presas de la ira, los educadores no son los únicos dolientes por la crisis económica en Puerto Rico, pues enfermeros, policías y otros trabajadores del Estado claman por atención a sus vicisitudes, entre ellas el fin de la incertidumbre sobre jubilaciones.

El altivo gobernador encendió chispas al hablar de que “nadie está obligado” a ser maestro, policía o bombero.

A juzgar por la autoridad, las demandas son solo caprichos.

No es la visión de los participantes en las manifestaciones populares, quienes denuncian el alza de tarifas públicas, indicativas de que la inflación rebasó el 4 por ciento.

No puede olvidarse que además Borinquen sufre aún los efectos del huracán María, el cual azotó la isla en 2017 y provocó la muerte de tres mil personas, la destrucción de la red eléctrica y 90 mil millones de dólares en pérdidas.

Es cierto que un tribunal de quiebras de la Unión aprobó la reestructuración de la gigantesca deuda del gobierno central puertorriqueño, pero se acompañará de un plan de ajuste a partir del 15 de marzo.

De ahí que será ineludible que los ciudadanos se aprieten más el cinturón ante el grave déficit fiscal que ahoga al territorio.

Esa fue la excusa para el despido de miles de empleados públicos, NO pocos de ellos enrolados entonces en las crecientes listas de los emigrados hacia Nueva York y otras ciudades del país norteño.   

De manera que junto al impacto de la pandemia en los negocios privados, Puerto Rico presenta una situación embarazosa, imposible de ocultar tras el turístico sobrenombre de Isla del Encanto.



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