Por María Josefina Arce

Gustavo Petro cumple cien días de su llegada a la presidencia de Colombia, y aunque todavía es poco el tiempo al frente del país, su desempeño cuenta con la aceptación de buena parte de la ciudadanía.

Sondeos de opinión revelan que la mayoría de los colombianos tienen una imagen positiva del jefe de estado, aprueban su gestión y además, se sienten optimistas. Sesenta y dos por ciento de los encuestados aprueba el desempeño del presidente y el 52% considera que la nación suramericana va por buen camino.

Los datos indican que Petro en sus primeros meses de gobierno tiene una mayor popularidad que Iván Duque,  su antecesor en la Casa de Nariño, y que concluyó sus cuatro años de mandato con una pobre aceptación, menos de 30%.

Lo cierto es que en estos poco más de tres meses, el gobierno que encabeza Petro ha dado visibles pasos para llevar a la práctica sus promesas de transformación del país, asolado por la violencia que se intensificó bajo el mandato de Duque y de grandes desigualdades sociales.

El jefe de estado lleva adelante una ambiciosa política de paz para frenar las masacres y el asesinato de líderes sociales, de defensores de los derechos humanos y de ex combatientes de la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

A principios  de este mes, Petro firmó la Ley de Paz Completa, aprobada por el Congreso y que establece que esta  paz se convertirá en política de estado, lo que significa que los gobiernos posteriores estarán obligados a mantener las negociaciones y cumplir los acuerdos que se alcancen.

En ella se enmarcan las anunciadas conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional y un diálogo con grupos irregulares que operan en territorio colombiano.

También se ha avanzado en la tan ansiada Reforma Rural Integral, uno de los incumplidos puntos del Acuerdo de paz, suscrito en 2016 entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.

El gobierno llegó a un histórico acuerdo con FEDEGAN, Federación  Colombiana de Ganaderos, para comprar tres millones de hectáreas de tierras a sus miembros que serán entregadas a familias campesinas que carecen de este recurso.

Se presentó además, junto a la Unidad de Restitución de Tierras,  nueve demandas para recuperar más de 65 MIL hectáreas a favor de integrantes de comunidades indígenas y afrodescendientes.

Igualmente fue activado el Fondo de Insumos Agropecuarios que beneficiará a 120 MIL pequeños productores.

Petro ha ido también por la reactivación de las relaciones con Venezuela, país con el que Colombia comparte más de dos MIL kilómetros de frontera.

Otra de las preocupaciones del actual gobierno es el cuidado del medio ambiente y en especial de la selva amazónica, que Petro llamó a salvar durante su intervención en Egipto en la Cumbre de la ONU sobre el Clima, COP27.

El hecho es que en estos 100 días Gustavo Petro y el gabinete que encabeza no han descansado, han estado en movimiento, dialogando con los diversos sectores, trabajando en  problemas acuciantes, estudiando y proponiendo acciones para hacer frente a varias urgencias como la situación económica, una de las grandes preocupaciones de los colombianos.