Cooperación educativa cubana desde una concepción igualitaria del ser humano

Édité par Maite González
2022-12-28 06:46:49

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PL

 

Por: Roberto Morejón

Si bien la colaboración internacional ejercida por Cuba tiene relieve en el área de la salud, también resalta la implementada en la educación.

La más reciente señal de ese tipo de acuerdos con otros países llegó desde Honduras, donde dan sus primeros pasos poco más de 120 docentes de la mayor de las Antillas, principalmente para contribuir a bajar el analfabetismo, situado en 12 por ciento.

También metodólogos y otros especialistas aportarán su experiencia para el diseño curricular en diversas especialidades.

Pero docentes y técnicos cubanos en educación también se encuentran en otras latitudes, en cumplimiento de convenios, desde Sudáfrica hasta la República Árabe Saharaui Democrática, desde Angola hasta Venezuela.

Ocurre que la colaboración del pueblo cubano en la rama educacional es elemento esencial de la política exterior y parte de una importancia capital otorgada por el Estado a la instrucción.

A pesar del bloqueo estadounidense que causa  acentuadas privaciones materiales, el gobierno cubano le destinó este año a la educación 24 por ciento del presupuesto nacional.

Es justo aclarar ante campañas malintencionadas de parte de la prensa corporativa y de adversarios residentes en Estados Unidos que los pedagogos de la mayor de las Antillas son muy respetuosos de la política, religión y pautas sociales de las naciones donde prestan servicios.

La cooperación de esta nación caribeña en materia educacional está alejada de cualquier exigencia de tipo político-ideológico o económico y de imposiciones  de un modelo particular a los países receptores. 

De ello tienen fe desde decenas de miles de jóvenes africanos que cursaron estudios en escuelas de la sureña Isla de la Juventud décadas atrás, hasta los que hoy reciben clases de docentes cubanos en Bahamas.

Tal y como hacen en su país, los instructores de la patria de José Martí imparten las materias técnicas y además ayudan a inculcar valores y comportamientos adecuados, con el uso óptimo de los recursos disponibles.

Lo anterior se ilustra en la aplicación del método denominado Yo sí puedo, para reducir el analfabetismo incluso en regiones apartadas y pobres.  

El sistema educativo cubano, universal, inclusivo, participativo, laico y científico, trabaja por mejorar la calidad de la instrucción en el archipiélago, donde están en marcha planes de perfeccionamiento, y patentiza disposición a brindar modestamente su experiencia en otras latitudes.



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