EITB
Por: Roberto Morejón
Está muy lejos de exponer altura ética, mucho menos política y moral, la ocupación de Israel por la fuerza del Golán sirio, aun cuando el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump le prodigara a Tel Aviv su abrigo oficial.
En un reciente debate abierto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la situación en Asia Occidental, volvieron a alzarse voces para la retirada total e incondicional de Israel del territorio árabe sirio de los Altos del Golán.
La reunión siguió a la aprobación en diciembre último por la Asamblea General de la ONU de una nueva resolución en exigencia a Israel de implementar decisiones internacionales relativas al Golán sirio.
La usurpación de esa estratégica meseta, rica en aguas subterráneas, se inscribe en un abanico de ataques israelíes contra Siria.
Tel Aviv ocupó la mayor parte del lugar tras la guerra de los Seis Días en 1967 y lo sumó a su sistema jurídico de forma abrupta e intempestiva, interpretada como una anexión de facto.
La ONU, muchos países y organizaciones rechazaron la referida incorporación a tono con los métodos del principal gendarme en Oriente Medio de Estados Unidos, país que también sojuzga militarmente otras zonas de Siria y explota yacimientos petrolíferos.
Con el beneplácito de Washington, asciende a 1200 kilómetros cuadrados la superficie controlada por Israel en los Altos del Golán, situado en el extremo suroeste de Siria a lo largo de su frontera con Palestina.
Los rapaces efectivos cambian las características geográficas y demográficas a través de la destrucción de asentamientos y granjas.
Como ocurre en la Cisjordania ocupada, los casi 20 mil colonos enviados por el régimen sionista levantan asentamientos en el Golán sirio, edificaron siete mil viviendas, saquearon los recursos naturales y desplazaron a la población autóctona.
Muchas áreas de los Altos del Golán sirio bajo el control de Israel pasaron a ser asiento de campamentos del ejército de ese país, cuyos efectivos cometen violaciones calificadas de atroces por la diplomacia siria.
Damasco denunció la siembra de minas en los terrenos agrícolas y próximos a los poblados, en lo que se presenta como una extendida militarización.
Como señalara el representante permanente de Cuba ante la ONU, Pedro Luis Pedroso, es el momento de que Israel se retire total e incondicionalmente del Golán sirio usurpado.
