Por María Josefina Arce

El dengue, transmitido por el mosquito Aedes Aegypti, se ha convertido en una enfermedad endémica en la mayoría de las naciones de América Latina y el Caribe, donde cada año ha ido en aumento el número de casos.
  
Sólo en 2022 se notificaron casi tres millones de casos en la región, que también registra la misma tendencia creciente respecto al chikungunya, transmitida igualmente por el Aedes Aegypti.
  
Por eso va ganando terreno la Técnica del Insecto Estéril para el control de este vector, una tecnología que se lleva empleando desde hace muchos años en el mundo para el control de plagas agropecuarias.
    
Consiste en la irradiación con rayos Gamma y rayos X de los  mosquitos, los cuales una vez  esterilizados quedan incapacitados para producir descendencia. Los expertos estiman que ante la falta de vacunas y medicamentos eficaces para luchar contra enfermedades como el dengue, zika y chikungunya es una forma eficaz de combatirlas.
     
Cuba destaca en la región en las investigaciones sobre el tema; de ahí que junto a Brasil lidera una iniciativa para apoyar  el empleo de esta técnica en otros países latinoamericanos y caribeños más atrasados en su aplicación.
   
La Mayor de las Antillas ha desarrollado un estudio experimental, con la participación de varias entidades, encabezadas por el prestigioso Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri.
  
Esta investigación tuvo como antecedente una prueba piloto en 2020 en el poblado El Cano, en La Habana y que tuvo resultados muy alentadores.
   
De acuerdo con los investigadores, en 16 semanas se logró prácticamente erradicar en ese territorio la población de mosquitos, algo impensable, subrayaron, con los métodos tradicionales.
   
Ahora la nación caribeña une fuerzas con Brasil en este proyecto científico, que ya tuvo una primera versión de 2020 a 2023 y en la que se inscriben el estudio y la prueba piloto.
   
La iniciativa está apoyado por el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización de Naciones Unidas para Agricultura y la Alimentación, junto a otras entidades mundiales y países donantes.
   
Y comprende para el periodo de 2024 al 2027 la capacitación sobre esta tecnología, el suministro de materiales y equipos y la selección de sitios para la implementación de pruebas.
    
Una vez más Cuba deja de manifiesto su vocación solidaria y pone sus experiencias e investigaciones a disposición de otras naciones para dar respuesta a problemas de salud y  beneficiar a los ciudadanos.