Haitianos recuerdan destructivas fuerzas de seguridad en el país

Édité par María Candela
2023-10-05 06:53:39

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Imagen ilustrativa

Por Roberto Morejón

Una agónica crisis humanitaria, económica y social ha desatado en Haití el terror de las pandillas, cuyo poderío y armamento asombra, ante lo cual el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución para el envío de una polémica nueva fuerza de seguridad.
 
La decisión se asocia a las inquietudes por la violencia en Haití, donde las bandas han cometido saqueos, extorsiones y ultimado a cerca de 3 mil personas entre octubre de 2022 y junio de 2023.
 
Es cierto que Haití ha sufrido la intimidación de grupos armados durante décadas, pero la presente ola se intensificó después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
 
En esa coyuntura, el primer ministro Ariel Henry solicitó una intervención internacional, suficiente como para que adversarios y muchos pobladores lo cuestionaran.
 
Con rapidez y tenacidad llamativas, Estados Unidos y Ecuador condujeron los procedimientos diplomáticos en el Consejo de Seguridad para cristalizar el empeño, aunque China y Rusia se abstuvieron en la votación final.
 
Para numerosos analistas y haitianos un nuevo despliegue foráneo en la nación caribeña resulta censurable y se preguntan cómo los pandilleros poseen armamento tan poderoso, traído de contrabando desde la potencia del Norte.
 
Los haitianos han recordado que Estados Unidos tiene una profusa historia de intervenciones.
 
En efecto, invadió y ocupó Haití de 1915 a 1934 y repitió intrusiones en 1994 y 2004, con el argumento de apuntalar la democracia y recobrar el orden.
 
Despliegues de paz de la ONU como el de la fuerza Minustah entre 2004 y 2017 se asociaron a la introducción del cólera y a la concepción de hijos con nativas que luego abandonaron.
 
Los organizadores de la nueva misión de seguridad, a ejecutarse en Haití a inicios de 2024, alegan que sus características serán otras, lo encabezará Kenia y países caribeños se sumarían.
 
Además, el personal militar estará ajeno a las Naciones Unidas, aunque se ajustan al uso de la fuerza autorizado por el Consejo de Seguridad cuando se agotan otras medidas.
 
Pero más allá de variantes en la composición y fines de la misión, será la primera vez de un despliegue de una fuerza extranjera en Haití en casi 20 años y además de neutralizar a las pandillas ayudará a crear condiciones para un proceso electoral.
 
Los haitianos y la comunidad internacional estarán muy al tanto de los pormenores y alcances de una irrupción tan impugnada.
 

 



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