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Por Roberto Morejón

Los cubanos esperan que las muy populares aquí MIPYMES, micro, pequeñas y medianas empresas, puedan actuar como resorte de otros cambios en el modelo económico, además de contribuir con bienes y servicios, a precios más bajos.
 
El gobierno asegura que llegaron para quedarse, aunque se estudian respuestas ante distorsiones, en un contexto agudamente difícil por el bloqueo de Estados Unidos.
 
Ese país también busca la asfixia económica de la nación caribeña al colocarla en una unilateral lista de patrocinadores del terrorismo.
 
A causa de esa infame ubicación y el cerco, se persiguen las transacciones comerciales, bancarias y de inversiones de Cuba, lo que unido a insuficiencias internas, las derivaciones de la pandemia y la imposibilidad de aumentar la producción agropecuaria y de otras fuentes, genera carencias materiales que abruman a los parroquianos.
 
En un contexto inflacionario interno surcado igualmente por las tensiones globales, junto a las afectaciones a las remesas, el turismo y las exportaciones, la mayor de las Antillas sufre una angustiante escasez de divisas.
 
El mínimo disponible se destina a prioridades como el sistema electroenergético, compras de petróleo y alimentos y atención a vulnerables.
 
En ese entorno, las MIPYMES absorbieron un número de trabajadores que no hallaban espacio en entidades estatales.
 
Con MIPYMES estatales y privadas, estas últimas proliferaron, pero si bien desde Estados Unidos apuestan por convertirlas en flanco opositor, muchos de sus integrantes lo rechazan, destacó el Presidente Miguel Díaz-Canel en comparecencia pública.
 
Este tipo de negocio privado a veces tiene más facilidad para importar, es menos bloqueado que las entidades estatales y logra adquirir materias primas y encadenarse después con empresas estatales.
 
En la medida en que han cooperado a poner en marcha sistemas productivos con eficiencia, se advierte la utilidad de las MYPIMES, además de brindar servicios a la sociedad que el Estado no debe asumir.
 
El gobierno está atento a los precios altos, la especulación de algunas de esas entidades, pero no deben satanizarse, como postulan algunos, quienes incluso hablaron erróneamente de lo que llamaron neoliberalismo.
 
El primer mandatario Díaz-Canel enfatizó en la necesidad de la existencia de reglas claras, precisas y coherentes para impedir las distorsiones de las MIPYMES.
 
Todas ellas con adecuada relación con el sector estatal ayudan a dar pasos hacia un modelo económico más descentralizado.