Innegociable, indestructible y fogosa alianza USA-Israel

Édité par María Candela
2023-10-21 07:00:31

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Biden auguró que discutiría con el premier, pero la imagen que brindaron fue la de total sintonía.

Por Roberto Morejón

Ni el ataque de Hamás del siete de octubre o la búsqueda de votos judíos para las elecciones de 2024. Son solo pretextos. La administración del estadounidense Joseph Biden reafirma su alianza de hierro con Israel porque responde a una identificación histórica entre los dos países, en geo-estrategia y filosofía.
 
El presidente demócrata acudió a abrazar a su socio el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y avaló la peregrina tesis de sus anfitriones sobre la autoría del ataque a un hospital en Gaza, con centenares de muertos, aunque resultara grotesco.  
 
Biden auguró que discutiría con el premier, pero la imagen que brindaron fue la de total sintonía, sin que osara arrancar de su interlocutor una orden para el fin del genocidio en Gaza.
 
No se trata de un soporte aislado de los actuales inquilinos de la Casa Blanca.
 
Hace 40 años el entonces secretario norteamericano de Estado Alexander Haig aseguraba que “Israel es el mayor portaaviones estadounidense, es insumergible, no lleva soldados estadounidenses y está ubicado en una región crítica para la seguridad nacional”.
 
El Estado hebreo se afianzó como decimoctava potencia militar del mundo, a lo que contribuyeron su soporte financiero a la tecnología con fines guerreristas y la indetenible asistencia de Washington.
 
Israel es el país que más dinero recibe de Estados Unidos en asistencia de seguridad: cada año van a sus arcas 3 mil 800 millones de dólares en financiamiento militar.
 
La relación floreció desde la Guerra de ocupación de los seis días en 1967, cuando Tel Aviv se apoderó de nuevos territorios, incluidos Gaza y Cisjordania, aunque también ocupa las Alturas del Golán, en Siria.
 
Ahora, cuando hay una escalada bélica, Estados Unidos envía dos portaaviones avanzados, escuadrones de aviones cazas y de ataque, equipo adicional y municiones.
 
Y el secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken, afirma sin ruborizarse que los civiles en Gaza no son el objetivo de la ofensiva israelí.
 
Con tales pasos, Estados Unidos pone de relieve la inconsistencia de su alegado papel de mediador o árbitro para llegar a la paz en Oriente Medio.
 
No puede serlo porque siempre avala las tesis de Israel, como lo evidenció al ejercer el veto 46 veces en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar resoluciones incómodas para su aliado.
 
Hoy solo le falta avalar la retórica brutal del Ministro israelí de Defensa.

 



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