Brasil logra disminuir armas de fuego en manos de civiles

Édité par Maria Calvo
2024-02-14 08:46:56

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Armas de fuego en Brasil

por María Josefina Arce

De 2019 a 2022 se disparó la adquisición de armas de fuego en Brasil. El entonces presidente Jair Bolsonaro puso en marcha decenas de medidas para facilitar la compra de esos artefactos, una situación que generó críticas y temor en buena parte de la ciudadanía por el aumento de la violencia.

En 2022, último año de mandato del ultraderechista, la organización no gubernamental Foro Brasileño de Seguridad Pública estimó que en esos momentos en la nación suramericana había más de cuatro millones de armas de fuego en manos de civiles.

Datos oficiales revelaron que las licencias de armas de fuego aumentaron en territorio brasileño casi  siete veces durante la gestión del ex capitán del ejército.

De hecho la cifra de cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas, que podían comprar legalmente decenas de estos artilugios, aumentó 473% en cuatro años.

Y los temores de la población se hicieron realidad. El crimen organizado, señalaron expertos, recurrió a  ese grupo para obtener armamento de forma legal, al tiempo que se registró un aumento de incidentes violentos y accidentes fatales asociados a estos artefactos.

La llegada a la presidencia en enero de 2023 de Luiz Inácio Lula da Silva cambió el panorama. El mandatario desmontó la política de flexibilización del uso de estos aparatos, impulsada por Bolsonaro.

En julio pasado firmó un decreto que reducía el número de armas y municiones en manos de civiles. Otra medida aumentó las tasas del impuesto a Productos Industrializados, que gravan estos artilugios, municiones y dispositivos similares.

Asimismo, de acuerdo con un informe del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública en 2023 se decomisaron 273 armas de fuego por día como promedio.

La Policía Federal señala que indiscutiblemente, se ha registrado una disminución de los armamentos, gracias a las mayores restricciones para su adquisición impuestas por el nuevo gobierno.

Además el número de homicidios en el gigante suramericano cayó un 6 % el pasado año, en comparación con 2022.

La llegada al Palacio del Planalto de Lula da Silva puso fin a la irresponsable pretensión de Bolsonaro de convertir a Brasil en otro Estados Unidos, país en el que la violencia armada se ha cobrado numerosas vidas y donde se registran hechos de este tipo en escuelas y otras instalaciones públicas.

 



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