Cartel
Por María Josefina Arce
Cuba llevó su experiencia y su compromiso a favor del empoderamiento de un sector tan importante de la sociedad como las mujeres, a la Tercera Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas, que sesionó a principios de esta semana en México.
A partir del triunfo de la revolución cubana, en enero de 1959, las cubanas comenzaron a participar activamente en todos los ámbitos de la vida del país, y la esfera de las relaciones internacionales no fue una excepción.
Se iniciaba una nueva etapa para las féminas, quienes a lo largo de estas décadas también han tenido una presencia destacada en la actividad diplomática.
Precisó el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en su intervención en la cita, que en la actualidad 43% del total de embajadores son féminas y en el Ministerio de Relaciones Exteriores trabajan 279 mujeres diplomáticas.
Desde su puesto han dado muestras de valentía y entrega en la defensa de los principios del derecho internacional, de la Patria, el pueblo cubano y a favor de los desposeídos del mundo.
Asimismo han contribuido al desarrollo de las relaciones de la Mayor de las Antillas con otras naciones y han sido protagonistas de complejos procesos en el quehacer diplomático cubano.
La activa presencia de las cubanas en esta esfera, es resultado de la estrategia de la revolución a lo largo de décadas de propiciar igualdad de oportunidades, una estrategia que se ha fortalecido con la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres.
Es un programa que amplia el impacto decisivo de la revolución en este ámbito, ha expresado Teresa Amarelle, secretaria general de la FMC, Federación de Mujeres Cubanas. En la actualidad las féminas representan 56% de los diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular y tienen una elevada presencia en importantes sectores como la ciencia, la salud y educación.
Esta iniciativa también tiene en cuenta las condiciones actuales del país, los desafíos que generan, y las manifestaciones discriminatorias que aún subsisten en la sociedad cubana para continuar trabajando en aras de su erradicación.
Es un mecanismo que refleja la voluntad y el compromiso del estado cubano con la igualdad de género y la eliminación de estereotipos que frenan el avance de la mujer, una fuerza esencial en la vida económica, política y social del país, como han destacado las autoridades