Crisis política haitiana camina por el filo de la navaja

Édité par Maite González Martínez
2016-02-03 10:22:31

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Presidente de Haití busca solucionar crisis política antes de fin de su mandato (Foto: GettyImages)

Por: Guillermo Alvarado

Entre versiones que van, vienen y se contradicen, las calles tomadas por grupos opositores en ocasiones violentos y el escaso tiempo para que concluya constitucionalmente el mandato del presidente Michel Martelly, Haití sigue caminando a ciegas en una crisis política cuyo final no se percibe con facilidad.

La nación caribeña está prácticamente sin autoridades capacitadas para programar nuevos comicios tras la desbandada del Consejo Electoral Provisional, donde sólo quedan dos de sus nueve miembros.

Por otra parte es confusa la situación del primer ministro Evans Paul, quien presentó su dimisión a Martelly, pero esta fue rechazada por el jefe de Estado y esta mañana el presidente del Senado, Jocelerme Privert, dijo que ese cuerpo legislativo no ha recibido ninguna notificación al respecto y tampoco existe un listado de candidatos para sustituirlo, como mandan las normas en el país.

Mientras, las horas se escurren con rapidez y se aproxima el 7 de febrero, cuando debe entregar su puesto Martelly, sin que haya hasta el momento nadie previsto para recibir la presidencia y formar un gobierno provisional.

Como se recordará, la segunda y definitiva ronda electoral fracasó tras la renuncia a participar en el evento del candidato opositor Jude Celestin, quien alegó que en la primera vuelta se cometió un fraude destinado a favorecer al aspirante por el partido de gobierno, Jovenel Moise, y se preveían nuevas irregularidades para el repechaje del 24 de enero.

Esta semana una delegación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños viajó a Puerto Príncipe para evaluar la situación y afirmó que las dos cámaras legislativas y el ejecutivo están en la mejor disposición para encontrar una solución política al problema.

Sin embargo esto no es fácil, porque el bloque de los ocho principales partidos opositores se niega a aceptar cualquier iniciativa que provenga de Martelly, o del Parlamento, y exige que un gobierno provisional para tomar las riendas del país a partir del domingo debe ser nombrado por la Corte Suprema de Justicia.

También se resisten los opositores a dialogar con una misión de la desprestigiada Organización de Estados Americanos presente en Haití, porque consideran a esta entidad como uno de los principales responsables de la permanente inestabilidad política que se vive desde hace décadas.

Casi sin tiempo para nada, los haitianos están obligados a buscar un consenso amplio que evite un vacío de poder a partir del domingo venidero y consiga la formación de un ejecutivo temporal, con capacidad para convocar a nuevos comicios en un plazo razonable.

Caso contrario se abren las posibilidades de profundizar el caos en el país más pobre de nuestro hemisferio, donde la colonia, le neocolonia , la explotación sin límites y las groseras intervenciones foráneas han dejado una huella siniestra que tomará décadas para ser borrada.



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