2016: ¿Año récord para el turismo cubano?

Édité par Martha Ríos
2016-02-26 20:58:33

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Conforme el 2015 resultó un año de gran visibilidad para Cuba como destino, también el 2016 sigue por esa ruta. Foto: Archivo

Por Luz Marina Fornieles

El turismo cubano sigue con su racha arrolladora. Inmerso en su etapa tradicionalmente más halagüeña, ya enero marcó otro récord, al registrarse la visita de 417 mil visitantes, para nada menos que un 12,7 por ciento de incremento.

Teniendo como antecedente bien cercano el comportamiento de los arribos en 2015- tres millones 524 mil 779 viajeros (17,4 por ciento)-, en el calendario en curso las previsiones apuntan a un ascenso del seis por ciento, para cerrar en diciembre con tres millones 700 mil.

Tal cuantía significará otra nueva cota, con papeles descollantes para los mercados de Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, España, Italia y Estados Unidos, este muy por debajo de su inmenso potencial, a causa de las harto conocidas limitaciones con las cuales se accede a él, debido al vigente bloqueo.

Por el comportamiento del primer mes de 2016, el paso que lleva febrero y las estimaciones para los 61 días subsiguientes, la temporada de alta -noviembre-abril- “amenaza” con superar las anteriores más recientes, con muchos avales a su favor.

Augurios aparte, hablan por sí solas las imágenes de los muchos clientes en los diferentes destinos del patio (ya sean ciudades modernas o coloniales, balnearios, cayerías o entornos naturales) y la propia observación de esta redactora en sitios claves del panorama citadino, que ratifican a la industria del ocio como uno de los soportes más promisorios para la economía nacional.

Sin embargo, más allá de las cifras, ojo que podemos deslumbrarnos únicamente con las magnitudes, no se pueden perder de vista tampoco atributos indispensables para el loable desempeño del giro, como el perfeccionamiento continuo de los sistemas de calidad con el objetivo de satisfacer las demandas del boom turístico.

El ramo no solo requiere de más turistas y más cuartos, sino también, por ejemplo, de una empleomanía cada vez más capacitada y eficiente, y de más ofertas para el entretenimiento de los veraneantes, en un amplio diapasón que incluya ocio, pero también cultura, historia, patrimonio…

Considerada por su efecto multiplicador hacia otras esferas, como una locomotora, la actividad turística ha demostrado suficientes capacidades para enfrentarse a contextos adversos, que siempre están lamentablemente al acecho y hay que contar con su probable irrupción en cualquier momento.

Así tenemos los efectos del cambio climático, el terrorismo, la violencia y las epidemias…; y la mayor de las Antillas se prepara ante tales contingencias.

Aún así, conforme el 2015 resultó un año de gran visibilidad para Cuba como destino, también el 2016 sigue por esa ruta, que transita por el hecho ser referenciada por los más importantes medios de prensa, muchos políticos, hombres de negocios, instituciones y potenciales turistas, que anotaron a la Isla en sus agendas como objeto de interés.

Por eso- y sin pecar de un optimismo exacerbado-, surge   una interrogante: ¿será posible que este sea otro año récord para el turismo cubano?

(Tomado de Cubasí)



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