Por: Roberto Morejón

Gran repercusión, sobre todo en España, tuvo la reciente visita a Cuba del ministro de Asuntos Exteriores del país europeo, José Manuel García-Margallo, quien fue citado cuando opinó que se ha “alcanzado el punto más álgido en las relaciones”.

En su segunda permanencia oficial desde su nombramiento en 2011, García-Margallo no escatimó calificativos para referirse a su complacencia por los acuerdos y contactos con Cuba.

El jefe de la diplomacia española se refirió en conferencia de prensa al momento en que fue recibido por el presidente de Cuba, Raúl Castro.

Los reporteros destacaron las declaraciones de García-Margallo sobre lo que calificó de “cordialidad” y “un antes y un después” en relación con ese encuentro, y subrayó el hecho de que un Jefe de Estado recibiera a un ministro, como era su caso.

García-Margallo, quien estuvo acompañado entre otros por la ministra de Fomento Ana Pastor, pudo conversar en La Habana con altos funcionarios cubanos.

Medios de prensa destacaron el positivo antecedente de la visita del canciller español porque a inicios del mes en curso se firmó en Madrid el acuerdo que reordena la deuda a mediano y largo plazos de Cuba con la nación ibérica.

Ese paso fue calificado por ambos gobiernos como un aporte efectivo al avance de las relaciones económicas, comerciales y financieras que han sido importantes.

Como resultado de las negociaciones en la capital de España, las empresas de esa procedencia podrían beneficiarse para cubrir gastos de inversiones en Cuba a partir de nuevos financiamientos a mediano y largo plazos.

Por su parte, el ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y el secretario de Estado de Comercio de España Jaime García-Legaz, acordaron en La Habana poner en marcha un comité binacional.

Ese mecanismo definirá los proyectos de inversión que se llevarán a cabo dentro del programa de conversión de deuda consensuado entre ambos países.

En el camino del estrechamiento de nexos económicos, también tuvo lugar en esta ciudad una reunión del Comité Empresarial hispano-cubano.

Allí se reveló que el comercio bilateral creció 15 por ciento en 2015 en relación con el año precedente y que España se reafirmó como tercer socio comercial de Cuba y primero en la Unión Europea.

El país europeo cuenta aquí con casi 200 firmas, sobre todo en la llamada industria sin chimeneas.

A los beneficiosos contactos en turismo se añaden ahora los que se vislumbran en el transporte, pues la ministra Ana Pastor firmó un acuerdo para la asesoría en trasiego por carretera, marítimo, mantenimiento de trenes y servicios aeroportuarios.

Se trata de otro punto destacado a insertar en la provechosa cooperación económica que impulsan Cuba y España. FIN