“Es mejor saber morir, para vivir siempre”

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2017-10-20 13:20:01

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Foto:Archivo (Imagen ilustrativa)

Cuando las palabras no hacen falta queda tu mirada, los hechos, las acciones, la obra de la vida y el mañana. Queda el por qué y el dónde seguir luchando.

Era octubre de 1927 y en el central Constancia de la provincia cubana de Las Villas nacía un iluminado de las causas justas a quien nombrarían Abel Santamaría Cuadrado.

Sería el cuarto hijo de una familia de gallegos asentados en la nación caribeña en medio del ambiente rural e industrial de muchos campos de Cuba del siglo veinte.

En el 90 aniversario del natalicio de este joven al que Fidel Castro calificara como el más valeroso de la generación del centenario, Radio Habana Cuba rinde homenaje.

Contar la corta pero fructífera vida de Abel, se tornó el trabajo de nuestros realizadores y en cada paso confiesan, que redescubrieron la figura del niño que por allá por el central era conocido como el Polaco, por sus ojos claros y pelo rubio.

Descubrimos que en un día cualquiera mientras regresaban de jugar pelota, Abel vió a un negro alto que cargaba sobre sus hombros un puñado de cañas. Les sorprendió sus maneras, la ternura de sus ojos y la mirada sincera, tanto que Abel olvidó el disgusto con un chiquillo del barrio y se le acercó para pedirle una caña.

De esa forma conocería a Jesús Menéndez, el General de las Cañas. Días después Menéndez le declararía al doctor del poblado Nicolás Monzón que aquel niño sería uno de esos muchachos que cambiará la vida de este país.

La palabras de Haydeé Santamaría nos trasladan a la adolescencia de su pequeño hermano en una tienda familiar donde comenzó a trabajar a los 14 años.

De obligada visita es el modesto apartamento en la calle 25 y O del Vedado donde en 1952 Abel se alquila y trae junto a él a su hermana Haydeé Santamaría, quien confiesa que aquel lugar era un pedacito donde cabían, comían, vivían y eran felices todos.

El golpe de Estado de Fulgencio Batista del 10 de marzo de 1952 irrumpe la línea política de Cuba, que ya venía torcida por los auténticos, e instaura un gobierno de facto.

Abel y un grupo de jóvenes ortodoxos son los primeros en manifestar su repulsa combativa por los hechos y coincide con Fidel Castro en que había que hacer algo contra la dictadura.

Al decir de su sobrina Norma Ruiz Santamaría Abel encontró en Fidel el hombre que llevaría a Cuba adelante.

1953 Abel y Fidel comienzan a soñar y coordinar una nueva realidad para Cuba. Desde ese momento se crean células en el país, adiestran militarmente a varios jóvenes y se buscan recursos económicos.

La decisión estaba tomada serían los cuarteles Carlos Manuel de Céspedes y el Moncada los lugares a atacar de Bayamo y Santiago de Cuba, respectivamente. La toma del Palacio de Justicia y el Hospital civil Saturnino Lora asegurarían la victoria de la acción.

La sorpresa, factor decisivo del éxito, no se había logrado. La lucha se entabló fuera del cuartel y se prolongó en un combate de posiciones en el cual los asaltantes se hallaban en total desventaja. Fidel ordenó la retirada comprendiendo que continuar la lucha en esas condiciones era un suicidio colectivo.

Después de conocer la noticia, la respuesta de Fulgencio Batista fue asesinar a 10 revolucionarios por cada soldado muerto en el combate. Durante la acción solo perecieron 8 jóvenes, aunque la cifra oficial fueron 61. La diferencia, fueron torturados y asesinados días más tardes.

Instantes antes de ser asesinado Abel miraría a Haydeé y la diría una frase que encerraría su verdadera pasión por la vida y la revolución “es mejor saber morir, para vivir siempre”.

Los invitamos a escuchar este documental realizado por la periodistas Lorena Viñas Rodríguez y Jessica Arroyo Malvarez con el apoyo técnico de Ricardo Queral y Miguel Machado.

Escuchar audio.

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