Detalles del Premio Unesco-UNAM Jaime Torres Bodet 2017

Édité par Martha Ríos
2018-01-30 15:36:58

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Casa de Las Américas, de La Habana, recibió el prestigioso galardón. Foto: Archivo

Por Stella Calloni*

En un escenario crispado, cuando en algunos países de Nuestra América se intenta destruir el patrimonio cultural, el arte, la historia, la identidad, el Premio Unesco-UNAM Jaime Torres Bodet 2017 en Ciencias Sociales, Humanidades y Artes entregado a la Casa de las Américas de Cuba es un destello que ilumina los caminos de la resistencia a los intentos de retornos coloniales.

El lauro fue entregado en la sede de la Casa por la directora de la Oficina de la Unesco en México, Nuria Sanz, en nombre de la directora general de ese organismo Audrey Azulay.

Mediante una intervención en video, Nada Al-Nashif, subdirectora general de Ciencias Sociales Humanas de la Unesco, sostuvo que desde su fundación hace ya casi 60 años la Casa de las Américas es una de las instituciones culturales más reconocidas y prominentes en América Latina y el Caribe y destacó el papel crucial 'como espacio intelectual y cultural para numerosos creadores y pensadores de esta región', señala una nota de la misma entidad premiada.

Pero muy importante fue recordar que con este premio se reafirmaban las ideas de José Martí a quien llamó 'cubano universal' en momentos en que se celebra su 165 aniversario agregando que 'nos sentimos muy honrados (por entregar el Premio) pues, al decir de Martí: Honrar, honra'.

Nuria Sanz agradeció la labor de la Casa de las Américas que, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es una institución que confía en los países donde la intelectualidad 'no queda consagrada en las aulas ni en las bibliotecas, sino que se forma a través del esfuerzo público y, sobre todo, se entiende y expresa como un bien público'.

La Casa de las Américas 'ha sido un instrumento verdaderamente importante para construir en Nuestra América un sentido de identidad, un sentido de hermandad, un sentido de progreso. Esta entrega es un paso más en la construcción de los valores que nos dan sentido como sociedad', sostuvo por su parte Rubén Ruiz Guerra, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, en representación de la UNAM.

También destacó que la UNAM y la Unesco, unidas por fuertes vínculos, trabajan constantemente por impulsar una educación, una ciencia y una cultura para la paz.

De esta manera, estaba reconociendo el inmenso legado de la Casa de las Américas a una cultura para la paz, tan simbólicamente rescatada en un mundo donde los sonidos de la guerra no logran apagar la memoria de los pueblos del mundo.

Después de agradecer el Premio a nombre no sólo de los trabajadores de la Casa, 'sino de todos aquellos que, en muchos países, como solía proclamar la inolvidable Haydée Santamaría, hacen posible que mantengamos el afán de cumplir en el campo de la cultura, el sueño bolivariano, martiano y fidelista de integración de nuestra Patria Grande', el poeta Roberto Fernández Retamar se refirió a Jaime Torres Bodet, calificándolo como un gran humanista, al que tuvo el privilegio de conocer.

Bodet cuyo nombre lleva este premio de la Unesco fue uno de los fundadores de esta institución y su Director General.

Fernández Retamar consideró como un inmenso honor recibir este reconocimiento concedido por dos organismos tan importantes como la Unesco, 'verdadero oasis de cultura, tolerancia y paz en el convulso mundo en que vivimos', y la UNAM, con la cual la Casa ha mantenido estrechos vínculos.

Recordó que la medalla Haydée Santa María, creada como homenaje póstumo a la reconocida fundadora de Casa de las Américas, que otorga el Consejo de Estado de Cuba a propuesta de esta institución, ha sido recibida por prominentes personalidades.

La entrega del Premio Jaime Torres Bodet en la sede de la Casa en Cuba creó un clima de fuerte emoción, como se pudo advertir en un video que registró ese momento histórico.

Desde su fundación a sólo meses del triunfo de la Revolución cubana, la Casa de las Américas ha dado voz a centenares de escritores, publicando sus libros, invitándolos a los encuentros y debates claves a nivel regional y mundial, De la misma manera auspició a músicos, cantantes, artistas plásticos, al teatro latinoamericano y a investigadores y estudiosos, lo que ha sido reconocido en todo el mundo.

Cada año , aún en los momentos más difíciles por los que pasó Cuba -un pequeño e inmenso país, una isla a sólo 90 millas de Estaos Unidos, el imperio que la bloquea desde hace más de medio siglo, con un verdadero sitio medioeval-, la Casa de las Américas entrega un premio, con su nombre, que no sólo es uno de los más antiguos y prestigiosos de la literatura latinoamericana y caribeña, lo que ha permitido a centenares de escritores ser reconocidos, pero además ha ayudado a tejer una red cultural intelectual asombrosa.

El reconocimiento a Cuba es mundial, por haber podido mantenerse en una situación de guerra permanente, ataques terroristas de Estados Unidos y sus mercenarios, lo que no le ha impedido, estar a la cabeza de la educación en la región y en el mundo, mantener un sistema de salud gratuito para su pueblo, entre otros logros increíbles, pero además en ambos casos compartido solidariamente con los pueblos de América Latina y el Caribe. Y mucho más allá de estos límites.

Este Premio en estos momentos es simbólico y aparece como un destello en esta avanzada imperial recolonizadora del siglo XXI, un destello en la oscuridad, que nos ayuda a todos en Nuestra América, que estamos luchando contra los intentos de hacernos retroceder más de un siglo.

En estos últimos dos años, Argentina ha perdido muchos centros culturales populares y son cotidianos los ataques y censuras a la prensa, al arte, a la cultura, al teatro, al cine, y la condena social a todo el pueblo.

Como un ejemplo. En estos últimos días el gobierno decidió cerrar el Ballet Nacional Popular encargado de llevar a todos los lugares de nuestro país, la maravilla de la danza.

Los 80 integrantes que simbolizan también la situación de centenares de despedidos y perseguidos, bailaron para el público en las calles porteñas y al finalizar colocaron una cinta que atravesaba una importante avenida y colgaron sus zapatillas.

Imposible no comparar este hecho, con la esperanzadora mirada de lo sucedido en la última semana en la entrañable y amada Cuba.

* Periodista argentina. Colaboradora de Prensa Latina.

(Tomado de PL)



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