Abdala: la Patria, la libertad y la madre en el Martí adolescente

Édité par María Candela
2019-01-21 14:45:04

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Por: Martha Gómez Ferrals

Hace 150 años, el 23 de enero de 1869, apareció publicado el poema épico-dramático Abdala en el periódico revolucionario La Patria Libre, fundado por el adolescente José Martí cuando era estudiante aventajado del colegio de San Pablo.

Obra dramática y poética en varios actos, se le considera la primera pieza de valor indiscutible dentro de la prolífica creación intelectual martiana. Siendo un drama, más parece un poema concebido para la lectura e interiorización que para la representación teatral.

Los largos parlamentos de sus protagonistas comunican valores y sentimientos sublimes, de gran altura moral, con los aires del género romántico propio de la época.

Y a pesar de que su contenido se tamiza y se entrega al lector con una alegoría histórica, ocurrida en tierra muy lejana,  su autor especifica al margen de manera rotunda: Escrito expresamente para la Patria.

No da margen a dudas. Asume tácitamente su compromiso con la causa de la independencia de su país, que había dado el grito de combate el 10 de octubre de 1868 en  Demajagua, al oriente del país, y estaba inmerso en la primera guerra libertaria que ya alcanzaba el centro de la Isla:  la guerra de los 10 años (1868-1878).

Lamentablemente, "La Patria Libre" solo pudo publicar su primer número, al igual que su antecesor El diablo cojuelo, que había visto la luz días antes, el 19 de enero.  Ambos periódicos políticos, a favor de la causa independentista, los creó el joven que estaba a punto de cumplir 16 años el 28 de ese mismo mes de enero, junto a su amigo del alma, Fermín Valdés Domínguez. Otro patriota y combatiente cabal.

Tales publicaciones, aunque fugaces, aprovechaban las supuestas oportunidades que ofrecía la Ley de Libertad de Reunión e Imprenta aprobada por el flamante capitán General Domingo Dulce, al inicio de su mandato, a comienzos de año.

Fuertemente criticado por oligarcas coterráneos y por miembros del Cuerpo de Voluntarios de La Habana, un movimiento paramilitar reaccionario y de métodos salvajes, el Capitán General solo sostuvo hasta junio de ese propio calendario la estratagema de su Ley, renunció por motivos de enfermedad y entregó el mando a un sustituto.

El poema dramático mencionado al principio del artículo bien merece un aparte. Ambientado en el antiguo territorio africano de Nubia, cuya existencia fue real, se basa en la lucha por la libertad de su terruño por parte del joven guerrero Abdala, este combate contra el usurpador árabe y al final fallece, justo en el momento en que consigue derrotar a los que esclavizaron a su pueblo. Sin embargo,  muere feliz, al haber cumplido su anhelo.

Se conoce por primera vez el valor de principios como el amor a la Patria y a la libertad, en la vida de un hombre, de acuerdo con el Maestro. Mediante el juvenil ímpetu y la lucha de Abdala todo el mundo reconoce los valores de ese Martí adolescente. También la importancia del amor materno y el dolor que causa la disyuntiva entre el reclamo
materno y el deber con la Patria.

Muchos cubanos recuerdan con ternura sus declaraciones a la madre, definiendo su sentido del deber.

Un día antes de su publicación, cuando ya estaba hecho el poema, sucedió algo en la vida del jovencito que corrobora la metáfora poética. Ante la violencia desatada el 22 de enero en La Habana por los cruentos sucesos del Teatro Villanueva, Doña Leonor Pérez, su madre, había salido sola como una leona a protegerlo y reclamar por su
vida. Esto le sucedería repetidamente con su progenitora y nada diferente él podía responderle que no fuera la respuesta de Abdala.

Aquella noche él estaba dando los últimos toques a la primera y única edición de "La Patria Libre", en la casa de su mentor, el hombre de avanzada, patriota y honorable que fue Rafael María de Mendive, de importancia crucial en su formación. Ella sabía que corría peligro en esa ciudad que iniciaba el año 1869 con malos augurios, aunque el Capitán General quería dar la impresión de que “Aquí no pasará nada. La infidencia pronto será sofocada”.

De modo que Abdala marca un hito, desde el punto de vista humano, porque nos muestra el grado de la evolución de la conciencia patriótica y revolucionaria de aquel adolescente, culto y sensitivo.

Antes, en 1868, había escrito el soneto El 10 de octubre, a favor de la causa emancipadora, como suponen. Se sabe de un poema nombrado A Micaela. Pero la obra dramática Abdala marca su mayoría de edad literaria.

Le siguieron otras, como las tituladas Adúltera, en tres actos; Amor con amor se paga, estrenada en México el 19 de diciembre de 1875; el drama indio Patria y libertad, escrito  en Guatemala; y la novela Amistad funesta, también nombrada Lucía Jerez, que viera la luz en 1885 por entregas en un diario, a la usanza de la época.

En octubre de ese mismo año, Martí cayó preso por el conocido incidente que llevó a descubrir la carta escrita por él, en la cual acusaba a un condiscípulo de apostasía. Como resultado fue condenado a seis años de prisión en las terribles canteras de San Lázaro.

Por ese tiempo ya el Capitán Domingo Dulce había renunciado y el país estaba en manos de un gobernante colonial feroz, quien diera carta blanca en la capital a los desmanes de asesinos como los voluntarios. Más adelante se verían, en cuanto a represión se refiere, las más negras páginas de la historia de Cuba. Como el monstruoso fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina en 1871.(ACN)



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