Glorias reverdecidas de la Asamblea de Guáimaro (+Fotos)

Édité par Martha Ríos
2019-04-10 15:05:15

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La nueva Constitución aviva el significado histórico de la fecha. Fotos: http: historia.cubaeduca.cu, Granma

Por Jorge Wejebe Cobo

Este 10 de abril tiene lugar uno de los hechos más trascendentales de la reciente historia patria con la proclamación de la nueva Constitución de Cuba, en sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, después de ser sometido su anteproyecto a la discusión y aporte de prácticamente toda la población activa del país.

El proyecto definitivo de la nueva Constitución fue aprobada en Referendo Constitucional el pasado 24 de febrero con el 86,85 por ciento de los que ejercieron su derecho al voto, constituye una prueba incuestionable del apoyo del pueblo a la Revolución.

No pudo escogerse fecha más significativa para el acontecimiento como el de hoy. Vale recordar que este 10 de abril se cumple el aniversario 150 de  la Asamblea de Guáimaro, la cual en 1869 aprobó la primera constitución mambisa que presidió la primera Guerra de Independencia de los cubanos (1868-1878) contra el colonialismo español.

La insurrección iniciada el 10 de octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagua, jurisdicción de Manzanillo, nació del ímpetu del momento que requería sin más dilación iniciar la lucha armada, sin esperar por  mejores condiciones o recursos  ante el acoso de las autoridades coloniales que se aprestaban a reprimir con mano de hierro a los conspiradores.

En la Proclama del 10 de Octubre, Céspedes escribe: “Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede reprobarle que eche mano a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio” y recoge las causas de la explotación del poder colonial que hacen imposible el desarrollo de los cubanos y de tener una patria independiente.

Además, establece un mando único de las fuerzas con “un jefe único que dirija las operaciones con plenitud de facultades, y bajo su responsabilidad, autorizado especialmente para nombrar un segundo y los demás subalternos que necesite en todos los ramos de administración mientras dure el estado de guerra”. (….)

Los revolucionarios camagüeyanos seguirían el ejemplo de los orientales y  se pronuncian  el cuatro de noviembre en Las Clavellinas con puntos de vistas diferentes a la forma de gobierno proclamada por el Padre de la Patria, ya que sustentaban esencialmente  la visión de estructurar la revolución a partir de una jefatura civil basada en la participación de poderes, legislativo y ejecutivo que dirigiera la guerra, posición que defendió Ignacio Agramonte.

En cumplimiento de un acuerdo de los máximos líderes de los revolucionarios se reúnen en el pueblo de Guáimaro, bajo la presidencia de Carlos Manuel de Céspedes, para la redacción de la Constitución, que regiría durante la Guerra de Independencia de Cuba y en la cual predominó el punto de vista de los camagüeyanos para diseñar un gobierno con un fuerte poder legislativo que tuviera potestad para el nombramiento o destitución del Presidente y de intervenir en las acciones militares.

Céspedes dio  ejemplo de su desprendimiento y  sentido de la necesidad de la unidad y aceptó las decisiones de la Asamblea y sometió su cargo a la Constitución de Guáimaro, no obstante ni él ni Agramonte sobrevivieron, pues murieron en combate en los primeros años de la guerra, en 1874 y 1873, respectivamente; hechos que incidieron en la división en las filas cubanas, ya que ambos eran capaces de dirimir sus diferencias en aras de salvar la unidad nacional.

En Guáimaro los cubanos tuvieron su primera constitución mambisa, la cual representó un rotundo mentís a las campañas colonialistas que intentaban hacer aparecer a los patriotas como incivilizados guiados por un sentimiento de odio y venganza contra España y demostró al mundo los sentimientos de un pueblo que derramaba su sangre por ser una república libre e independiente en el concierto de naciones del mundo.

Hoy, el 10 de abril del lejano 1869 reverdece su gran significado histórico al ser la fecha en la que se proclama la nueva Constitución que presidirá  los nuevos retos y caminos de la nación cubana. (Tomado de la ACN)



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