Hazañas de la Revolución Cubana

Édité par Pedro Manuel Otero
2019-12-12 12:11:21

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foto/archivo

Por Martha Eugenia López Villeda

Desde 1952 el pueblo de Cuba enfrentaba una sangrienta dictadura apoyada por el gobierno norteamericano. Había luchado desde antes de 1868 por su independencia de España, lográndolo 30 años después. Pero el gobierno de Estados Unidos intervino sometiendo el país a su control.  

Los ataques a los cuartes Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en el oriente del país,  inicia la última etapa de la lucha independentista. No logra el objetivo, pero muestra, el camino que  seguiría.
 
Así, el Primero de enero de 1959 triunfa la revolución. Una gesta que irrumpe en América Latina y el Caribe con características nuevas. Surgió como un rayo de luz,  de esperanza para los luchadores de izquierda, proclamando que procedería  a la construcción de una sociedad donde lo principal sería el ser humano, la independencia y soberanía del país, así como su solidaridad hacia otros pueblos.  
   
Un extraordinario proceso político, humano, económico y social, que ha sobrevivido  y desarrollado en situaciones difíciles. Una Revolución en un país subdesarrollado, a 90 millas del país más poderoso del mundo.

La Isla de Cuba, apenas el 1.1 por ciento del territorio de los Estados Unidos y el 4 por ciento de su población, se ha hecho un gigante por su actuar, por su obra reconocida mundialmente.

Al ser amnistiado Fidel y el grupo de atacantes, la dictadura les cierra la posibilidad de actividad política.  Se ven en la necesidad de exiliarse en varios países. Fidel, Raúl y un grupo va a México, lugar seleccionado por las relaciones de pueblo hermano y cercanía a Cuba para volver en una expedición y llevar a cabo la guerra contra la dictadura.

El ejército Rebelde, que logra formarse en la Sierra Maestra y posteriormente extenderse, junto con las fuerzas revolucionarias del llano, después de 25 meses de guerra civil, derrota a la tiranía. Ya el Gobierno de Estados Unidos tenía planificado, ante la posibilidad del triunfo revolucionario, dar un golpe de Estado, pero Fidel logra frustrarlo.

Toman el poder  e inician  una  revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes; Fidel lleva al pueblo a tener un nuevo papel: ser activo participativo, a que haga suyo el proceso.

Fidel Castro es el Comandante en Jefe. Aglutina a su alrededor a personas con condiciones para seguir sus pasos, para dirigir, organizar y accionar hacia un objetivo. Siempre Raúl está a su lado. Sientan las bases para seguir el difícil y complejo proceso de una reconstrucción política, económica y social. De inmediato se destruye el aparato del gobierno de la tiranía, crean uno de nuevo tipo, proceden al saneamiento político, dictan leyes para su funcionamiento, soberanía política y económica, así como para salir del subdesarrollo.

El pueblo siente los beneficios. Va cumpliéndose el Programa planteado en la Historia me Absolverá. Se proclama una Revolución democrática popular, pero la hostilidad  del imperialismo la llevan a radicalizarse y tomar más pronto el camino del socialismo.

El gobierno de Estados Unidos aumentaba sus presiones y acciones junto con la contrarrevolución de Cuba y de Miami. El gobierno revolucionario creó las estructuras militares y preparó a los miles de sus integrantes para enfrentar el largo proceso de ataques del imperialismo. Propició la participación masiva del pueblo en la defensa, a través de una estructura que llegaba hasta la comunidad, inclusive armándolo, entrenándolo, pasando a ser prácticamente un pueblo uniformado, unido a las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior.

En la esfera económica, Washington trata de doblegar a la dirección de la Revolución, mediante el robo de cerebros, que en los primeros años del triunfo, provocó una dramática carencia de médicos y técnicos en las industrias.  Impuso al mismo tiempo el férreo e inhumano bloqueo que existe hasta la fecha, que ha costado a Cuba miles de millones de dólares y limitaciones y sufrimientos al pueblo.

Otras de las medidas adoptadas por el poder revolucionario en aquellos primeros años fue el establecimiento de relaciones diplomáticas y económicas con los países del Campo Socialista de Europa del Este, que proporcionan a Cuba una valiosa ayuda de todo tipo.

Al proclamarse el caracter socialista la Revolución, los trabajadores y sus organizaciones pasaron a tener un nuevo papel: dejar de ser explotados a pensar y actuar como propietarios de los medios de producción. Se proclama asimismo la  la Ley de Reforma Agraria,y se establecer la unidad obrero -campesina.

Para la mujer se produce “Una Revolución dentro de otra Revolución”.  
 
Mientras tanto, la juventud, históricamente  participativa, combativa, va contando con organizaciones que le proporcionan vías para su actividad formadora y combativa. Se inicia en Cuba la primera reconstrucción de su infraestructura productiva.

Todo el esfuerzo socioeconómico de aquellas décadas de trabajo y organización productiva genera un mejor nivel de vida en la población.

Sin embargo, con el derrumbe del Campo Socialista en 1990 el país entra en una etapa crítica en su empeño por construir una sociedad más próspera. Comienza el llamado Periodo Especial, que obliga a  recomponer la economía y los planes sociales.
 
Amigos y enemigos creyeron que Cuba no resistiría. Se equivocaron. Cuba siguió construyendo el socialismo.

En estos años Cuba mantuvo su tradicional solidaridad internacionalista y su apoyo a los movimientos de izquierda.

En la región, la situación cambia, en particular con la victoria de Hugo Chávez en Venezuela en 1999. La unidad se consolida con la formación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos) en 2004 y luego la CELAC, en 2010.
 
En todo este proceso sobresale la figura de Fidel Castro, que mantuvo en alto las banderas del socialismo como vía para luchar en favor de los pueblos, del medio ambiente y contra el neoliberalilsmo brutal que preconizan los gobiernos de Estados Unidos.

Fidel dirige el proceso hasta el 2006, por más de medio siglo, pero su enfermedad lo lleva a tener que dejar sus cargos de Presidente del Partido Comunista y de los Consejos de Estado y de Ministros, y es sustituido por
Raúl Castro en 2006.



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