Adelfa, la educadora cienfueguera más feliz del mundo (+Audio)

Édité par Maite González
2021-12-22 06:45:09

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Foto / Mireya Ojeda

Por. Mireya Ojeda Cabrera

Cienfuegos, Cuba, 22 dic (RHC) En el año 1961, Adelfa Álvarez Sarduy,  estudiaba  el séptimo grado en la Escuela Secundaria Básica del poblado de Rodas y tras el llamado del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, integró la Brigada  de Alfabetización Conrado Benítez.

Adelfa rememora que  la mayoría de los alumnos se incorporaron y pasaron un  curso en Varadero, donde aprendieron a usar la cartilla y el manual. Alfabetizó en los Sitios de Cartagena. Entonces sólo tenía 13 años de edad.

“Alfabeticé a varias personas, confiesa,  y también, iba a algunas otras casas de vecinos que no podían andar”.

Felicidad y orgullo cuando los alumnos aprendieron a leer y a escribir ¡A poner su nombre!

“Después ya al concluir la alfabetización nos dirigimos a La Habana, agrega,  donde Fidel  habló en un acto y nos dijo ¿qué queríamos hacer? todos respondimos ¡estudiar! Y empecé a estudiar Maestra”.

La alfabetizadora recuerda emocionada cuando vio al inolvidable Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

“Ahí sí lo vi, porque en La Plaza de la Revolución, recuerda muy emocionada,  nosotros íbamos desfilando y después nos estacionamos en un lugar determinado y el líder histórico  habló muy agradecido de la labor que habíamos realizado”.

El 22 de diciembre de  1961 se declaró a Cuba territorio Libre de Analfabetismo, gracias a Fidel. El Día del Maestro Cubano.

“En Minas de Frío,  apunta, nos visitó un día, jugó pelota allí con nosotros, con hembras y varones. Le pude dar la mano, lo amo, yo amo a Fidel. Estudié en Minas, Topes y Tarará. Por la educación lo que siento es amor,  respeto,  admiración, es todo”.

Desde su graduación  en Tarará lleva 53 años en el Sector de Educación.

Hoy es una jubilada, reincorporada  en la Escuela Primaria Ignacio Pérez Ríos, de Cartagena, en el municipio cienfueguero de Rodas.

Sonríe al hablar de sus  tres hijos, cinco nietos, una  bisnieta, y con 73 años de edad confiesa sentirse realizada en la vida, la educadora más feliz del mundo.



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