Siria indómita

Édité par María Candela
2023-05-25 11:28:09

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Siria se reincorporó a la Liga Árabe tras doce años de ausencia del foro regional.

Por Alfredo García Almeida*                   

El pasado 18 de mayo, el presidente sirio, Bashar al-Assad, llegó a la ciudad portuaria saudita de Yedah, invitado por sus antiguos “enemigos”, para reincorporarse a la Liga de los Estados Árabes, LEA, después de 12 años de suspensión temporal como parte de la presión internacional liderada por EEUU, para derrocar su gobierno en medio de las revueltas conocidas como la “primavera árabe”.
 
Entre 2010 y 2012, varios países de Medio Oriente fueron sacudidos por protestas e intervenciones extranjeras encubiertas, sumiendo la región en un clima de inestabilidad permanente. Luchas populares motivadas por las secuelas de la colonización europea: elevados precios de alimentos, falta de empleo, represión, petición de libertades y derechos democráticos, fueron atizadas con intervenciones de los servicios de Inteligencia de EEUU, Reino Unido y Francia. Comenzó en Túnez y se extendió a El Líbano, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria.

En Siria las protestas contra el gobierno comenzaron en enero de 2011, con actos terroristas dentro de manifestaciones pacíficas de la “oposición”, detonando una espiral de violencia. Al principio los “opositores” contaban con asistencia no letal extranjera, pero tras la escalada violenta, Washington, Londres y París, empezaron a enviar financiamiento, armas y entrenamiento; mientras sus aliados árabes liderados por Arabia Saudita, facilitaron financiamiento a los grupos terroristas del Frente Al-Nusra y el Ejército Islámico, EI, según testimonio de, David Cohen, secretario adjunto del Departamento del Tesoro de EEUU en marzo de 2014.

Pronto el conflicto sirio derivó en una confrontación entre EEUU e Israel en favor de la “oposición” armada siria, contra Rusia, Irán y Hezbolá, en apoyo al presidente, Bashar al-Assad. A partir de entonces, el conflicto sirio se convirtió en un enfrentamiento entre Rusia y las potencias occidentales, conocido como “guerra subsidiaria”, (cuando dos o más potencias utilizan a terceros como sustitutos, en vez de enfrentarse directamente).

La victoria siria ha sido reconocida por sus aliados. La Cancillería rusa declaró: Moscú saluda el retorno de Siria a las filas de la Liga Árabe.  El vocero de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, destacó que Pekín da la bienvenida y felicita a Siria por su regreso a la LEA. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Naser Kanani, señaló que la renovada participación de Siria, “contribuye a establecer la estabilidad en la región y a reducir la injerencia extranjera en sus problemas”.

Por su parte el vocero del Departamento de Estado norteamericano, Vedant Patel, criticó el regreso de Damasco a la Liga de los Estados Árabes. “Siria no merece volver a unirse a la Liga Árabe”, comentó Patel en una sesión del Departamento de Estado, tras afirmar que Washington “no desea normalizar las relaciones con Siria”.

Con 12 años de guerra civil e injerencia extranjera, más de 300.000 muertes, una destrucción masiva de infraestructura, desplazamiento de más de 12 millones de personas, sanciones económicas occidentales y el país sumido en la pobreza, el presidente, Bashar al-Assad, demuestra con su perseverante lucha en defensa de la soberanía siria, la oculta naturaleza de la “primavera árabe”.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.

 



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