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Santiago de Chile, 31 oct (Prensa Latina) Chile no olvida. El recuerdo de la dictadura de Pinochet está presente en cada rincón del Estadio Nacional, corazón hoy de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
A 50 años del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende, la cita multideportiva también deviene un marco ideal para arrojar luz sobre lo que fue sin duda la etapa más oscura de la historia chilena.
Cuesta creer que el monumental estadio, donde hoy transitan sonrientes tantas personas, hubo alguna vez celdas, torturas y fusilamientos en lo que fue el mayor centro de detención de la dictadura. Pero precisamente para no olvidarlo existe la Ruta de la Memoria.
Algunos espacios que recorre son el camerino de mujeres N°1 y la escotilla 8 del coliseo, por donde eran conducidos los presos y a través de la cual ingresó al estadio la abanderada chilena Kristel Köbrich portando la antorcha panamericana en la ceremonia inaugural de los Juegos.
A pocos metros de allí, en un rincón solemne aparecen expuestas fotografías de la época y retratos de varios de los presos, mientras el antiguo silo exhibe un mural pintado por el artista Alejandro “Mono” González.
La torre de 27 metros de altura, que descuella en medio de las instalaciones deportivas, refleja la mirada de una mujer llorosa, evocando los sucesos de 1973.
En aquellos tiempos, madres, hermanas e hijas se congregaban en torno al recinto, esperando novedades de sus familiares detenidos.
Recientemente, la Ruta fue reinaugurada con la presencia del destacado poeta chileno Raúl Zurita, quien recitó La Grieta, rememorando, en primera persona, lo sufrido por miles de chilenos hace 50 años tras el Golpe de Estado.
“Entre los culatazos y los golpes, tambaleamos y caemos. Dónde vamos. Dónde voy. Siento el sinuoso camino de tierra como una grieta bajo mis pies. Siento nuevamente los golpes”, rezan algunos fragmentos.
Como expresó el dirigente de Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, todas estas expresiones “forman parte de nuestra historia, que es dolorosa, pero es nuestra”.
Y afirmó que todos los chilenos y el mundo deben conocerla “para que nunca más vuelvan a suceder estas atrocidades”.
Con sus luces y sus sombras, el propio Estadio Nacional tiene pintada en su tribuna norte una frase que resume la importancia de no ceder ante el olvido: «Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro». (PL)