Lo que Obama dijo realmente acerca de Cuba, las relaciones exteriores y los EE.UU.

Édité par Maite González Martínez
2016-02-02 12:12:31

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Periodista canadiense Arnold August. (Imágen de archivo)

Por: Arnold August (Publicado en CubaPeriodistas, 1 de febrero de 2016)

En el discurso anual sobre el Estado de la Unión, pronunciado el 13 de enero de 2015, el presidente Obama reiteró su política sobre las relaciones Cuba-EE.UU.. Según Obama:

“Cincuenta años de aislamiento a Cuba no habían servido para promover la democracia, lo que nos estancó en Latinoamérica. Por eso recuperamos las relaciones diplomáticas, (Aplauso), abrimos las puertas a viajes y comercio, y nos posicionamos con el fin de mejorar las vidas del pueblo cubano”. (Aplauso)

Eso es, básicamente lo mismo que Obama declaró hace unos años sobre la política hacia Cuba y también, lo que apareció en una serie de editoriales en el periódico The New York Times. Ambos planteamientos ayudaron a allanar el camino para la declaración conjunta de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro del 17 de diciembre de 2014, para restaurar las relaciones diplomáticas, lo que representó una victoria para Cuba. No ha habido cambios en la posición de los EE.UU. Como el presidente Obama ha expresado en ocasiones anteriores, la vieja política de aislar a Cuba “no funcionó”. Fracasó en su intento de llevar la “democracia” a ese país, un eufemismo para referirse al derrocamiento del orden constitucional y de la Revolución cubana.

Como señalamos anteriormente, Obama reiteró que la vieja política de EE.UU. hacia Cuba también “nos estancó en Latinoamérica”. En otras palabras, afectó no solo la credibilidad de EE.UU. en América Latina, sino además su capacidad para maniobrar allí. La meta estratégica del país norteño en América Latina tiene a largo plazo el mismo objetivo de “llevar la democracia” a aquellos países que se han desviado radicalmente de la ruta pro EE.UU. y pro capitalista y que tienen el objetivo de abrir un nuevo camino revolucionario basado en el respeto a la soberanía nacional y el anticapitalismo. Venezuela representa el blanco más significativo para los Estados Unidos.

Obama manifestó en su discurso, que su nueva política hacia Cuba “abrió la puerta para los viajes y el comercio”. Aun cuando esto es cierto, no es mucho más que un esfuerzo unidireccional que solo favorece a EE.UU. y contradice el abrir puertas equitativamente, sobre bases recíprocas, para que los cubanos puedan realizar negocios con los EE.UU. y a nivel internacional.

¿Qué quiso decir Obama cuando la Casa Blanca y su administración declaró que: “nos posicionamos con el fin de mejorar las vidas del pueblo cubano”? Un objetivo importante de la política diseñada para mejorar “las vidas del pueblo cubano” está dirigido a las 500.000 personas trabajando por cuenta propia en un sector en expansión de la economía cubana. El objetivo táctico inmediato de la administración de Obama es fortalecer ese sector. En su esfuerzo de impulsar esta política, los funcionarios de su administración apenas ocultan su objetivo a largo plazo, que es desarrollar este sector para que abra una brecha potencial en la sociedad cubana.

Según el plan de los EE.UU., ellos serían, por lo menos, indiferentes y apolíticos, si no hostiles, al gobierno cubano y al sistema político de Cuba. Esta tendencia sería del agrado de esas 500.000 cuentapropistas, tal como lo desea EE.UU y considerarían a los EE.UU. y a sus “valores” (capitalismo) como su salvador. En dicha situación, la marca de “hecho en los EE.UU.”, sería como un cáncer carcomiendo el proyecto socialista cubano e incluso, su soberanía.

Además, si Obama estuviera realmente interesado en “mejorar las vidas del pueblo cubano”, podría usar los poderes ejecutivos a su disposición para eliminar aspectos importantes del bloqueo sin que el Congreso lo pueda impedir.

Ahora bien, ¿qué dijo realmente Obama sobre el bloqueo?

“¿Quieren consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en este hemisferio? Reconozcan que la Guerra Fría ha terminado. Levanten el embargo”. (Aplauso)

Está claro que Obama está a favor de levantar el bloqueo genocida no por razones morales sino para lograr el objetivo de mejorar la imagen de los EE.UU. en América Latina.

Sin embargo, existe otro aspecto. Si él estuviera tan opuesto al bloqueo, ¿por qué desviar el enfoque hacia la mayoría republicana en el Congreso de los Estados Unidos? Como se mencionó anteriormente, hay mucho más que él puede realizar por su cuenta haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas. Culpar al Congreso de bloquear al poder ejecutivo es de cierta manera, una artimaña. La carencia de su oposición real al bloqueo se tipifica cuando en el 2014, bajo la tutela de Obama, un banco alemán recibió una multa de 1.000 millones de dólares por realizar transacciones con Cuba. ¿Por qué el pueblo cubano debe esperar por el congreso estadounidense cuando el bloqueo ha sido, y sigue siendo, el obstáculo principal para el desarrollo sostenible de Cuba?

Refiriéndose a Cuba, pero indirectamente, Obama se jactó ostentosamente:

“Por eso voy a continuar trabajando para cerrar la prisión de Guantánamo. (Aplauso) Es costosa, es innecesaria y solo sirve como panfleto de reclutamiento para nuestros enemigos”. (Aplauso)

Él no desea “cerrar” la prisión por ser una cámara de tortura, una mancha para la humanidad, sino porque “es costosa e innecesaria…”.

Existen varios aspectos relacionados con Guantánamo.

Primero, él ha prometido cerrar la prisión desde que fue electo presidente. ¿Por qué no lo hizo antes o lo hace ahora? No necesita la aprobación del Congreso. Después de todo, el ex-presidente Bush inauguró esta infame prisión por su cuenta, sin la aprobación del Congreso. Culpar al congreso de los EE.UU. es nuevamente parte de su política oportunista.

Segundo, ¿por qué no devolver Guantánamo al pueblo de Cuba? No se ha dicho ni una palabra sobre eso, a pesar de que la zona donde se encuentra la base naval estadounidense es parte de Cuba. Antes de jugar la carta Guantánamo, Obama dijo lo siguiente:

“Eso es fortaleza estadounidense. Eso es liderazgo estadounidense. Y ese tipo de liderazgo depende del poder de nuestro ejemplo”.

El ejemplo ofrecido inmediatamente después de esas frases, es cerrar la prisión en Guantánamo. Sin embargo, el ejemplo no es muy convincente dado que aún sigue en operaciones, a pesar del derecho legal de Obama de cerrarla por su cuenta.

Pese a las declaraciones acerca de Cuba, Obama nunca reconoció el problema que enfrenta su administración y es que el gobierno cubano está muy consciente que los EE.UU. ha cambiado solamente sus tácticas, mientras mantiene el objetivo estratégico a largo plazo de socavar la Revolución cubana.

En este contexto, los cubanos se oponen valerosamente a la interferencia estadounidense en los asuntos cubanos. El presidente Raúl Castro y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se lo han advertido públicamente. Los cubanos están empeñados en avanzar lo más posible en el contexto del cambio de táctica de los EE.UU. para el bien del pueblo cubano y del pueblo estadounidense. Sin embargo, Cuba advirtió a los EE.UU, que nunca vendería sus principios y defendería resueltamente su soberanía y dignidad.

Eso es lo que Obama dijo y lo que no dijo sobre Cuba. Pero lo que dijo sobre otros temas de las relaciones exteriores afecta no solo a Cuba y a las relaciones Cuba-EE.UU., sino también al resto del mundo. Existen demasiados ejemplos para tratarlos aquí y superan la finalidad de este artículo. Por lo tanto, tomemos dos ejemplos descriptivos.

Primero, el apuntó directamente contra China y Rusia, que forman parte importante del cimiento de un nuevo mundo multipolar, en alianza creciente con América Latina y el Caribe.

“…y cuando se trata de asuntos internacionales importantes, la gente en el mundo no busca ayuda en Pekín o Moscú —nos llaman a nosotros”. (Aplauso)

Parte de este comentario denota la competencia feroz de EE.UU. por la hegemonía mundial, poniendo la vista en China y en Rusia. Durante su discurso y muy animado por el aplauso tradicional, criticó a Rusia (Crimea) e hizo lo mismo con China. Explicó como China fue, supuestamente, manipulada y dejada a un lado por el acuerdo Trans-Pacific Partnership (TPP) [Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica].

El TPP es un acuerdo comercial entre doce países de la Cuenca del Pacífico que involucra a una amplia gama de temas de política económica, alcanzado el 5 de octubre de 2015, después de siete años de negociaciones. Sus miembros incluyen, entre otros, a Chile, México y Perú. Está siendo introducida como con un ariete en el Congreso de los EE.UU, sin que sus representantes tengan un conocimiento cabal de qué se trata. Obama declaró:

“Con TPP, China no determina las reglas en esa región, sino nosotros. ¿Quieren demostrar nuestra fuerza en este siglo? Hagan que se apruebe este acuerdo. Dadnos las herramientas para hacerlo cumplir”. Es hacer lo correcto. (Aplauso)

Cuba depende de sí misma para su soberanía e independencia. Aun cuando estuvo aliada con la antigua Unión Soviética, mantuvo la distancia y nunca se convirtió en un satélite de la antigua URSS. Sin embargo, un mundo multipolar en crecimiento la favorece mucho. En esta situación, la Isla puede desarrollar más eficazmente las relaciones económicas y políticas, como lo hace actualmente con China y Rusia, que ya no están dentro de la esfera de influencia de EE.UU. y de las potencias occidentales.

El afán de los EE.UU. por dominar al mundo, incluyendo a países como China y Rusia, no puede ser subestimado. Todo logro en esta dirección afectará también a Cuba. El concepto y la política del “imperialismo estadounidense” no solo es todavía aplicable, sino que es más necesario que nunca tener conciencia de su existencia, cuando se disfraza para hacer avanzar las mismas políticas. Su cualidad camaleónica es más peligrosa ahora en la fase de Obama. La dominación mundial no ha dejado de ser el objetivo del imperialismo estadounidense, cuya verdadera naturaleza es la supremacía global. América Latina y el Caribe, incluyendo a Cuba, son blancos para lograr la dominación mundial.

Segundo, acerca de la política estadounidense de relaciones exteriores, además del objetivo de bloquear la creciente tendencia de un mundo multipolar, Obama se refirió a lo siguiente, créanlo o no:

“Estados Unidos de América es la nación más poderosa de la Tierra. Punto. (Aplauso) Punto. No hay comparación. No hay comparación. (Aplauso). No hay comparación. Gastamos más en nuestras fuerzas militares que las siguientes ocho naciones juntas”.

¿Por qué hacer a los lectores esta pregunta retórica: “créanlo o no”? Cuando este comentario de Obama se envió en un tweet mientras pronunciaba su discurso, varios seguidores desde EE.UU., respondieron con tweets preguntando en forma incrédula: “Un momento, ¿él dijo eso realmente?”. Sí lo dijo. Y no solo eso, lo dijo con más orgullo aun en la siguiente frase:

“Nuestras tropas son las mejores fuerzas de combate de la historia del mundo”. (Aplauso)

La respuesta a esto es que nunca habrá justicia para los millones de personas muertas a manos del ejército de los EE.UU desde la Segunda Guerra Mundial, desde Corea a Vietnam, Afganistán, Irak y otros países con sus aliados como Israel y Arabia Saudí. De hecho, Obama dijo lo siguiente acerca de Vietnam:

“Tampoco podemos intentar hacernos cargo y reconstruir cada país que entre en crisis aun cuando sea con la mejor de las intenciones. (Aplauso) Eso no es ser un líder; es una manera segura de acabar en un atolladero, derramando sangre y dinero estadounidense que en definitiva nos debilitan. Es la lección de Vietnam, de Irak, y ya deberíamos haberla aprendido”. (Aplauso)

Obama, como siempre ha dicho en el caso de Vietnam, lamenta “el derrame de sangre y dinero estadounidense”. Pero nuevamente, no mencionó a más de 1 millón de vietnamitas muertos a manos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos durante su agresión y guerra contra ese país. Esta ha sido su posición desde sus inicios de su carrera política en lo relacionado a esa guerra y así lo escribió en un libro suyo, publicado en el 2006 con anterioridad a su primer mandato del 2008. No es nada nuevo. El poderío militar con una fuerte dosis de chovinismo estadounidense se vincula directamente con su oposición a un mundo multipolar en crecimiento.

Permítanos cambiar el enfoque hacia la política interna de Obama. Una vez más, existen muchos temas a considerar. Sin embargo nos concentraremos en solo dos.

Primero, algunas personas pueden recordar que cuando surgió el movimiento de afroamericanos y sus seguidores contra los ataques racistas y asesinatos por parte del estado/policía, los manifestantes de base (grass-roots) izaron las pancartas con la consigna “Black Lives Matter” [Las vidas de afroamericanos importan.] Ahora bien, ¿cuáles fueron las respuestas de los políticos y grupos racistas de derecha, y de muchos en la policía? Para contrarrestar el movimiento “Black Lives Matter” crearon consignas como “White Lives Matter” o incluso “Blue Lives Matter” [Las vidas de los blancos importan, Las vidas de los “azules” importan] (en referencia a los uniformes azules de la policía) o “All Lives Matter” [Todas las vidas importan.] A continuación es lo que Obama dijo en su alocución:

“Voces que nos ayudan a vernos no primero y ante todo como negros o blancos, asiáticos o latinos, homosexuales o heterosexuales, inmigrantes o nacidos aquí; no como demócratas o republicanos, sino primero como estadounidenses, unidos por un credo común”.

¿No es esto un ataque indirecto (o incluso directo) contra “Black Lives Matter”? No significa esta declaración, aparentemente inocente y moral, su apoyo una vez más, a la alternativa del orden político. ¿No es este apoyo velado al retroceso reaccionario una negación de la opresión violenta del estado contra ciudadanos afroamericanos, basado en el legado del origen de los EE.UU. como una sociedad esclavista? Este aspecto del discurso del Estado de la Unión es muy similar a lo que él pregonaba y exponía en sus libros publicados antes de ser presidente, en relación a que los EE.UU. es una “sociedad post-racista”.

Esta declaración traicionera de ser “estadounidenses primero” es más evidente aun cuando se tiene en cuenta lo siguiente. Durante el transcurso del discurso de Obama, no se mencionó una palabra sobre las muertes de afroamericanos a manos de la policía en el 2015 y de su frecuente encarcelamiento masivo. Tal como en el 2013 y el 2014, la sociedad norteamericana está desgarrándose por el racismo latente todavía muy presente y creciendo en ese país. Sin embargo, no dijo siquiera una palabra al respecto, de las 6.000 pronunciadas en el discurso del Estado de la Unión. Ello sería normal en esa presentación.

Si el discurso expuso la violación extrema de los derechos humanos en los EE.UU, ¿cómo puede Obama, tener la cara dura de sermonear a Cuba y a otros países sobre los derechos humanos y la democracia? Los cubanos han manifestado fuertemente a los EE.U lo siguiente: ¿Ustedes quieren hablar de derechos humanos en Cuba? Muy bien, pero debemos hablar también de derechos humanos en los EE.UU.

El Segundo tema interno, además del racismo, es la democracia, sobre la que Obama dijo:

“Pero la democracia sí necesita unos lazos básicos de confianza entre sus ciudadanos... Ante todo, [después de dar algunos ejemplos] la democracia deja de funcionar cuando las personas sienten que sus opiniones no son importantes…”

¿Importó (e importa) la “voz” de la gente cuando se trata del movimiento “Occupy” (Ocupa), reprimido por la policía y la FBI durante la administración del presidente Obama? Se escuchó la voz de los afroamericanos y sus aliados en relación a la muerte, a manos de la policía y autoridades, de ciudadanos afroamericanos? Recordemos que George Zimmerman, el asesino de Trayvon Martin, fue exonerado por el Departamento de Justicia durante la presidencia de Obama, en febrero de 2015. Al policía asesino del joven Michael Brown en Ferguson se le dio el visto bueno para evitar el juicio y el encarcelamiento por la Administración de Obama cuando en el informe de su Departamento de Justicia del 4 de marzo de 2015 también lo exoneró del delito de asesinato. En su lugar, [el gobierno de Obama] optó por la “confianza” de parte de los afroamericanos, por un lado y el aparato de policía estatal/justicia, por el otro lado. Esta política se repite nuevamente en la cita de “lazos básicos de confianza” mencionada en el discurso del Estado de la Unión. Mientras que el público es bombardeado simultáneamente por la guerra de palabras de los medios de prensa y del estado, la impunidad del estado/policía entró en una espiral sin control. Esta situación no constituye una base firme para dar lecciones a países como Cuba sobre la democracia y los derechos humanos.

Existen muchos problemas internos que abordar. Sin embargo, cerremos este tema. El Presidente Obama recordó al Dr. Martin Luther King cuando declaró:

“Voces que el Dr. King creyó que tendrían la última palabra”.

Solo la mera mención del nombre de esta importante figura de la política y la moral de los EE.UU, salida de los labios de Obama, nos hace hervir la sangre. Dr. Martin Luther King, a diferencia de Obama, protestó muy vehementemente contra la guerra de los Estados Unidos contra Vietnam. Si el Dr. King estuviera vivo hoy, con seguridad se opondría a la cantidad record de guerras que el ganador del Premio Nobel de la Paz está librando en el Medio Oriente. Dr.King fue un luchador valiente contra el racismo y la pobreza. Llevó a cabo sus misiones, no para usarlas como trampolín para una carrera política lucrativa, sino por el contrario, para estar hombro con hombro con el pueblo a expensas de su propia vida. King es una leyenda mucho más cercana al legado de la Revolución cubana que al del presidente Obama.

[Nota del traductor: Arnold August, el autor de este artículo, no lo escribió basado en el discurso, preparado de antemano, del Estado de la Unión para el Congreso de los EE.UU. y publicado por la Casa Blanca. Por el contrario, él utilizó las citas del discurso tal como fue pronunciado, trascripto y publicado por la Casa Blanca. Este fue el que la gente vio y escuchó en la transmisión televisiva. Esta versión oficial incluye algunas expresiones espontáneas e improvisadas del presidente Obama, así como también referencias a los aplausos. Desafortunadamente, esta versión en español no se encontraba en la página Web de la Casa Blanca. En español, existe sólo la versión preparada de antemano. Por lo tanto, el traductor utilizó la versión oficial en español preparada de antemano de la Casa Blanca, la cual sirvió de base para la traducción de su artículo. En la traducción del artículo se incluyen las expresiones espontáneas del presidente Obama, así como también los aplausos. Algunas frases breves en la versión en español de la Casa Blanca no fueron correctamente traducidas del inglés. Dichas frases se corrigieron en la traducción al español del artículo.]

Discurso preparado de antemano en español y publicado por la Casa Blanca:

https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2016/01/12/comentarios-del-presidente-barack-obama-discurso-sobre-el-estado-de-la

El artículo original en inglés fue publicado en CounterPunch:

http://www.counterpunch.org/2016/01/20/what-obama-really-said-about-cuba-foreign-affairs-and-the-us/

Artículo traducido por Franklin Curbelo

Tomado de CubaPeriodistas:

http://www.cubaperiodistas.cu/index.php/2016/02/lo-que-obama-dijo-realmente-acerca-de-cuba/

Arnold August, Periodista y conferencista canadiense, el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento. En Twitter: @Arnold_August

 


 



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