UNICEF: 69 millones de niños morirán por causas evitables

Édité par Bárbara Gómez
2016-06-28 20:49:06

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Imagen tomada de archivo

El Fondo de la ONU para la Infancia -Unicef- ha alertado del “panorama desolador” que se prevé para 2030 si no cambian las tendencias actuales, pues para esa fecha se calcula que 69 millones de niños morirán por causas evitables, 167 millones de infantes vivirán en la pobreza y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo aún menores.

En su último informe El Estado Mundial de la Infancia, la agencia de la ONU ha advertido de que difícilmente se cumplirán los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuya fecha tope es 2030, a menos que el mundo concentre sus esfuerzos en la situación de los niños más vulnerables y los gobiernos, los donantes, las empresas y las organizaciones internacionales aceleren los esfuerzos para dar respuesta a sus necesidades básicas.

“Las vidas de millones de niños se ven arruinadas por la simple razón del país, la comunidad, el género o las circunstancias en las que nacen”, ha lamentado el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, que ha incidido en que “antes de que respiren por primera vez, las opciones de vida de los niños pobres y excluidos a menudo se ven modeladas por las desigualdades”.

“Negar a cientos de millones de niños una oportunidad justa en la vida significa algo más que amenazar su futuro: al exacerbar los ciclos intergeneracionales de discriminación, se está poniendo en peligro el futuro de sus sociedades”, ha alertado el director ejecutivo de Unicef, subrayando que «tenemos una opción: invertir ahora en estos niños o permitir que nuestro mundo sea cada vez más desigual y esté más dividido».

Según el informe, se han logrado progresos considerables en la tarea de salvar las vidas de los niños, reducir la pobreza y lograr que asistan a la escuela. Así, las tasas mundiales de mortalidad de menores de cinco años se han reducido en más de la mitad desde 1990, los niños y niñas asisten a la escuela primaria en igualdad en 129 países y el número de personas que viven en la extrema pobreza en todo el mundo es casi la mitad que en la década de 1990.

Sin embargo, este progreso no ha sido uniforme ni justo puesto que los niños en mayor situación de pobreza tienen el doble de probabilidades que los más ricos de morir antes de cumplir cinco años y de sufrir desnutrición crónica, y en el caso de las niñas de los hogares más pobres, tienen 2,5 más probabilidades de casarse en la infancia que las niñas de los hogares más ricos.

África Subsahariana es la región que ofrece “el panorama más sombrío”, puesto que allí por lo menos 247 millones de niños, es decir dos de cada tres, viven en medio de una pobreza multidimensional, privados de lo necesario para sobrevivir. Los niños en esta parte del mundo tienen diez veces más probabilidades de morir antes de los 5 años y nueve de cada diez niños que viven en la pobreza en el mundo están en esta región.

Por otra parte, Unicef ha denunciado que pese a que la educación desempeña “un papel único para poner fin a los ciclos intergeneracionales de desigualdad”, desde 2011 se ha producido un aumento del número de infantes en el mundo que no asisten a la escuela, a lo que se suma que una proporción significativa de los que acuden a la escuela no logran aprender.

Así, según los datos del informe, unos 124 millones de menores no acceden a la enseñanza primaria o secundaria, y casi dos de cada cinco alumnos que terminan la escuela elemental no han aprendido a leer, escribir o hacer cálculos aritméticos simples. Para 2030, según las cifras del informe, habrá más de 60 millones fuera de la escuela, casi la misma cifra que en la actualidad.

En los países industrializados también se han estancado los progresos en materia de educación, en el marco de la crisis, lo que tendrá graves consecuencias en el futuro.

El informe demuestra que las inversiones en los niños que viven en las situaciones más vulnerables pueden producir beneficios inmediatos y a largo plazo. Por ejemplo, las transferencias de efectivo han demostrado su utilidad para ayudar a los niños a permanecer en la escuela más tiempo y avanzar a niveles superiores de la enseñanza.

Como promedio, cada año adicional de educación que el niño recibe aumenta sus ingresos en aproximadamente un 10 por ciento cuando se convierte en adulto, y por cada año adicional de escolaridad, las tasas de pobreza del país descienden en un 9 por ciento.

Las prestaciones económicas son un elemento primordial para ayudar a los niños más pobres y sus familias a garantizar una adecuada nutrición y educación. Los mecanismos sociales de protección representan un instrumento efectivo para reducir la vulnerabilidad y la privación, fortaleciendo las capacidades de las familias para cuidar y proteger a sus hijos.

“La desigualdad no es inevitable ni insuperable”, ha defendido Unicef, que aboga por obtener mejores datos sobre los niños más vulnerables, aplicar soluciones integrales a los desafíos que enfrentan los niños, establecer formas innovadoras de abordar los antiguos problemas, realizar inversiones más equitativas y aumentar la participación de las comunidades para lograr «una igualdad de oportunidades para todos los niños».

“La desigualdad es una elección. Promover la igualdad -una opción justa para cada niño, para todos los niños- también es una elección. Una elección que podemos y debemos hacer. Por su futuro y el futuro de nuestro mundo”, ha remachado el máximo responsable de Unicef.



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