Por María Josefina Arce.

Qué difícil es rendir tributo a un hombre que a pesar de no estar físicamente, está en cada rincón de Cuba. Para los cubanos el líder histórico de la revolución Fidel Castro sigue y seguirá entre nosotros, alentándonos con sus certeras palabras, con su gesto apasionado, con la paciencia de un maestro, pero sobre todo con el ejemplo de su vida.

Fidel está en cada logro de la Revolución en la salud, la educación, la cultura y el deporte. En cada cubano que dejó su sangre generosa en tierras lejanas para contribuir a conquistas su independencia.

En cada hijo de esta tierra que marcha a otras latitudes a poner al servicio de otros hombres los conocimientos médicos adquiridos, gracias a esa revolución que triunfó en enero de 1959.

En cada profesional cubano que ha ayudado a países devastados por huracanes, terremotos y otros fenómenos meteorológicos, o en esos médicos que a riesgo de su vida marcharon a África occidental a enfrentar la epidemia del ébola.

Está en cada mujer embarazada que recibe un cuidado esmerado, en cada niño cubano que al nacer es inmunizado contra 13 enfermedades o en cada anciano que tiene en la revolución un refugio seguro.

Está en el corazón de cada paciente agradecido que ha recibido medicamentos cubanos, producto del avance de la ciencia cubana, por la que con su visión de futuro apostó el líder revolucionario para mejorar el bienestar de los cubanos en todos los ámbitos de la vida.

Su generosidad y humanismo es conocido por los miles de jóvenes de escasos recursos que han podido cumplir su sueño de ser médicos y ayudar a elevar los índices sanitarios en sus países de origen.

Está en cada latinoamericano que ha recobrado la vista, gracias a que junto al fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, diera vida a un programa de gran impacto social como la Operación Milagro. hoy presente en numerosas naciones del área.

Está presente en cada persona que, ayudada por pedagogos cubanos, dejó atrás la ignorancia y hoy es capaz de escribir y leer su nombre y tener una vida más digna y plena.

Fidel Castro es artífice de cada victoria de Cuba en la ONU, donde cada año desde 1992 la comunidad internacional se pronuncia contra el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace más de medio siglo mantiene Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas.

Está presente en ese espíritu de resistencia y dignidad de los cubanos ante las constantes agresiones del imperialismo norteamericano con su enfermiza política hostil hacia un país que ha sabido mantenerse soberano e independiente.

En el primer aniversario de su ausencia física los millones de cubanos rinden tributo al hombre que con sabiduría y valentía supo dirigir los destinos de una nación que es hoy ejemplo ante el mundo, pero sobre todo a un hombre que nos legó incontables lecciones de humanismo, generosidad, compromiso y rebeldía ante cualquier injusticia.