El deporte cubano entre luces y sombras

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2019-12-26 11:42:03

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Foto: JIT.

Por: Raúl Rodríguez

El deporte cubano vivió un 2019 entre luces y sombras. Figuras como Yaime Pérez, Ismael Borrero, Robertlandy Simón y Omara Durand brillaron, pero la selección de béisbol y la delegación en los Panamericanos de Lima dejaron insatisfacciones.

La victoria en el mundial de Doha, el primer puesto en el ranking mundial con envío de 69,39 metros y el título en la Liga de Diamante consolidaron a Yaime Pérez como la mejor discóbola del momento en el mundo.

Por segundo año consecutivo, la santiaguera de 29 años mereció la distinción de Mejor Deportista del Año en Cuba, en una temporada donde sumó además el oro en los Panamericanos de Lima.

La corona en Doha tuvo un plus para el atletismo cubano. Con la plata de Denia Caballero Cuba logró un histórico doblón en la especialidad.

Otro que descolló en el período fue el luchador Ismael Borrero, ganador de su segundo título mundial en Nur Sultán e imbatible en el año en 29 combates.
Borrero (67 kg en el estilo grecorromano) resultó además el único gladiador cubano en liderar en el ranking del planeta y festejó por vez primera la elección de Mejor Deportista del Año.

Robertlandy Simón fue readmitido junto a otras figuras en la selección cubana de voleibol tras una década triunfal en el exterior y su regreso fue por todo lo alto. El campeón del mundial de clubes con el Lube Civitanova de Italia lideró al equipo en el clasificatorio continental y la selección mantiene el sueño de clasificarse para Tokio-2020.

Omara Durand arrasó en el campeonato mundial de paratletismo, convirtiéndose en una de las atletas discapacitadas más laureadas de todos los tiempos y Yordan Alvarez mereció la distinción de Novato del Año en las Grandes Ligas, marcando pauta en una exitosa temporada para los beisbolistas cubanos que se desempeñan en la MLB u otras ligas extranjeras.

En la Liga Japonesa (NPB), el trío de Yurisbel Gracial, Alfredo Despaigne y Liván Moinelo resultó clave en el triunfo de los Halcones de SoftBank, ganadores de la  décima corona de su historia. Gracial fue elegido el Jugador Más Valioso (MVP) de la fase final y Alfredo Despaigne quedó una vez más entre los primeros en la Liga del Pacífico en jonrones (36) y empujadas (88).

Un pacto entre la Major League Baseball (MLB) y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) abrió una puerta para la inserción legal de los mejores talentos de la isla en ese circuito, pero el gobierno de Donald Trump lo canceló poco después, alentando otra vez la salida del país de los peloteros cubanos.

El acuerdo pretendía eliminar el éxodo de peloteros, quienes durante años se han visto tentados a abandonar la isla por diferentes vías, arriesgado incluso sus vidas en peligrosas travesías por mar para intentar llegar al mejor béisbol del mundo.

En el béisbol también se acrecentó el hecho de que peloteros que abandonaron la isla regresaron para reinsertarse a las Series Nacionales. El caso más llamativo fue el del exgrandesligas Erisbel Arruebarruena, convocado incluso a la selección de Cuba al Premier 12.

La ciclista Arlenis Sierra del afamado club Astana volvió a robarse titulares con un meritorio duodécimo puesto en el mundial de ruta y varios podios en carreras de prestigio, mientras más de una decena de voleibolistas jugaron en clubes de Argentina, Francia e Italia con el aval de la Federación de Cuba. Algunos como Osniel Melgarejo, Jesús Herrera y Miguel Angel López merecieron premios individuales.

Dos basquetbolistas, Javier Justiz y Jasiel Rivero, se estrenaron en la Liga Española, un grupo de féminas jugó en la liga de República Dominicana y en otras disciplinas como el balonmano algunas figuras continúan desempeñándose con acierto en ligas profesionales.

Además de Yaimé Pérez e Ismael Borrero, los deportistas cubanos sumaron en el año otros dos títulos mundiales gracias al taekwondoca Rafael Alba (más 87 kg) y al boxeaxor Andy Cruz (64 kg).

Otros destacados fueron los canoístas Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, plata en el mundial de canotaje en el C-2 a 1000 metros, y el luchador Oscar Pino, igualmente plateado en la lid del planeta en los 130 kg del estilo greco.

Igualmente merecen palmas el gimnasta Manrique Larduet, quien luego de recuperarse en tiempo récord de operaciones en sus muñecas asistió al Mundial de Stuttgart y logró su clasificación olímpica, y el gladiador Mijaín López, ganador de su quinta corona continental al hilo en los Panamericanos de Lima.

El año no estuvo exento de insatisfacciones y entre las mayores estuvieron el quinto puesto en los Panamericanos de Lima y la prematura eliminación en el Premier 12 de béisbol.

Cuba no pudo superar el centenar de medallas en Lima y sumó 33 oros, tres menos que en Toronto-2015 y 25 con relación a Guadalajara-2011, para un quinto lugar detrás de Estados Unidos, Brasil, México y Canadá, que dejó un sabor amargo entre aficionados y expertos.

En el Premier 12, la selección de Miguel Borroto no pudo lograr su meta de clasificarse para los Juegos Olímpicos y naufragó en la primera ronda. Derrotas ante Corea del Sur (7-0) y Canadá (3-0), y triunfo ante Australia (3-2) dejaron fuera de la segunda ronda a un equipo que mostró carencias en el terreno, sobre todo a la ofensiva y en el control de sus lanzadores, a pesar de haber realizado una esmerada preparación.

Cuba cierra el año con una meritoria cifra de 26 boletos para Tokio-2020, donde aspira a ubicarse entre las primeras 20 potencias olímpicas. Uno de sus astros, el luchador Mijaín López, será una de las grandes atracciones en la capital japonesa, pues buscará su cuarto cetro olímpico, toda una hazaña inédita en la lucha rama masculina.
 



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