La Habana, 10 nov (RHC) Luego de cuatro días de sesiones, este 10 de noviembre concluyó en La Habana un coloquio internacional sobre Agricultura de Conservación (AC), con la decisión de las autoridades cubanas del sector de llevar a fase demostrativa esa práctica, en ascenso en el mundo.

Patrocinado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Unión Europea (UE) y el Ministerio de Agricultura (Minag) en el evento participaron expertos de India, Vietnam y Brasil, y cerca de un centenar de Cuba, pertenecientes a organismos e instituciones de investigación vinculadas a la rama.

Theodor Friedrich, representante de la FAO en la mayor isla de Las Antillas, aseguró en el resumen que la agricultura de conservación ha demostrado su eficacia en muchas partes del orbe, y Cuba es un buen ejemplo y estímulo en la adopción de una hoja de ruta para su desarrollo y extensión.

Agregó que implementar este tipo de forma de producción mejora la calidad de la tierra y eleva los resultados de la actividad y los ingresos de los trabajadores de las zonas rurales.

Por su parte, Dagoberto Rodríguez, director del departamento de Suelos y Fertilizantes del Minag, destacó que el coloquio permitió identificar productores clave de Guantánamo, Sancti Spiritus y otras provincias del país, para el desarrollo de la AC.

El directivo dijo que se continuó el perfeccionamiento de la Hoja de Ruta para la implementación de esa práctica, lograron la definición de nuevas tareas y acordó un cronograma sobre su implementación en el archipiélago.

Rodríguez señaló la importancia de establecer un sistema que avale o certifique las áreas que están en agricultura de conservación y de realizar un levantamiento de la maquinaria agrícola en la rama, y de analizar la posibilidad de su adaptación a ese tipo de sistema de labor, que prescinde de la labranza.

La reunión contribuyó a fortalecer las capacidades de decisores clave que definen las acciones requeridas en pos de una agricultura sostenible en Cuba, y a definir las principales necesidades de recursos financieros para implementar las acciones priorizadas, que pueden ser apoyadas por socios principales o inversores de la cooperación internacional.

(Con información de PL)