Más de veinte regiones francesas, entre ellas todas las que recorre el río Sena, están en alerta naranja por la crecida de las aguas producto de las inusuales precipitaciones de este invierno francés.

También está bajo observación El Rin, en el noreste, pues podría salirse de su cauce el martes próximo mientras que el Sena debería alcanzar su mayor nivel este viernes, superando los seis metros, como ya lo hizo en junio del 2016, cuando llegó a su mayor nivel en tres décadas.

El 23 de enero ya había subido a cinco metros el nivel del río. “Toda esta semana el nivel del Sena irá creciendo debido al aumento de caudal de sus afluentes -la Marne, el Amançon y el Yonne- a lo que se suman las lluvias del pasado fin de semana”, explicó en su boletín del medio día, Vigicru, el organismo encargado de estos fenómenos.

Por ahora las autoridades llaman a la prudencia, a que las personas se queden en sus casas y revisen constantemente sus bodegas subterráneas.

El prefecto de París, Michel Delpuech, recomendó a los habitantes de la región parisina “mucha precaución cerca de los cursos de agua”. Además a través de un comunicado la prefectura “aconsejó evitar el almacenaje de objetos de valor o eléctricos en los subterráneos”.

En la capital francesa los bomberos se han encargado de amarrar los barcos que abundan en el Sena muchos de los cuales funcionan como viviendas.

En varios puntos los Quais o riveras del Sena han sido cerrados por la salida del agua, como ocurre cada vez que la crecida sobrepasa los tres metros y se prohibió la apertura de las famosas peniches, barcos-restaurantes o discotecas.

En 1910 el río Sena experimentó su mayor crecida llegando a los 8,6 metros.

“Estamos vigilando constantemente el nivel de las napas freáticas”, explicó al diario ‘Le Figaro’ Colombe Brossel, encargada de la seguridad en la Alcaldía de París quien alertó de que varios estacionamientos del este de la ciudad están inundados.

En 1910 el río Sena experimentó su mayor crecida desde 1658, llegando a los 8,6 metros. Aunque no hubo muertos, 22 mil cavas y cientos de calles fueron invadidas por agua congelada y contaminada debido a la confluencia de los desagües despertando la alerta sanitaria. Las pérdidas fueron calculadas en 400 millones de francos, unos 1600 millones de euros.

En el 2016, el agua llegó a los 6,10 metros obligando a evacuar las bodegas del Museo del Louvre y a cerrar el Museo d’Orsay. La crecida del próximo viernes podría llegar a esos mismos niveles.

Según un estudio de la OCDE una subida del Sena como la de 1910 podría hoy en día afectar a 5 millones de parisinos y causar pérdidas por hasta 30 millones de euros. En el 2016 por ejemplo los gastos superaron los 1.000 millones, según el mismo estudio, que informa también de dos muertes y más de 17 mil evacuados.

También hay quienes aprovechan la subida del río por estos días en París.

Mohamed Abrouche, pescador deportivo, se pasea más contento que nunca: “este tipo de fenómenos hacen que haya muchos peces muertos, producto de la corriente y los desechos que transporta el agua y estamos pescando unos siluros enormes”. De su bolsillo saca su teléfono móvil lleno de fotos de unos peces que de pie le llegarían al hombro y que lleva capturando desde hace seis días.

con informacion de cubadebate