Expertos advierten sobre impacto del calor frente a la COVID-19

Édité par María Candela
2020-06-08 14:23:51

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La Habana, 8 jun (RHC) Expertos de la Red Mundial de Información sobre el Calor y los Riesgos para la Salud (GHHIN), con sede en Ginebra, anunciaron una especie de manual sobre la gestión de los riesgos para la salud vinculados a las altas temperaturas en el marco del actual brote de la COVID-19.

A fin de ayudar a gobiernos y profesionales del sector a prepararse para esas complejas situaciones que ponen en jaque la salud pública, se ha elaborado una serie que proporciona más información sobre el manejo de la pandemia, señalan en su comunicación.

En su mensaje reproducido por el Centro del Clima, del Instituto de Meteorológico de Cuba, incluyen un resumen técnico con medidas de protección frente al calor durante el nuevo coronavirus, una sección de preguntas y respuestas sobre cuestiones clave y una lista de control para fines de planificación.

Abarca temas relacionados con poblaciones vulnerables, equipos de protección personal y estrés térmico, trabajadores de la salud, fiebre en esas condiciones, aire acondicionado y ventilación, opciones de refrigeración no tecnológicas, así como comunicación y divulgación.

Además, espacios frescos al aire libre, asentamientos informales, servicios sociales, centros climatizados, estacionalidad y condiciones meteorológicas, ozono, calor y COVID-19.

Recomendaron que deben adaptarse estrategias de comunicación y divulgación, dado que las medidas habituales concebidas para reducir las enfermedades provocadas por el calor y limitar su mortalidad pueden ser imposibles de aplicar o bien pueden entrar en contradicción con las sugerencias y los protocolos de los organismos de salud pública para limitar el contagio.

Citaron, en ese sentido, los casos de abandonar los hogares con temperaturas peligrosamente elevadas en busca de espacios públicos climatizados, realizar visitas a los domicilios de las personas vulnerables para verificar su salud y recibir atención médica urgente si hay signos de golpe de calor.

La GHHIN es una alianza de carácter voluntario surgida de la colaboración entre la Oficina Conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para el Clima y la Salud y la Oficina del Programa del Clima de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos.

Prestan servicios en la agrupación científicos y expertos en materia de políticas, y entre sus asociados cabe destacar la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Igualmente, el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales y el Grupo de Liderazgo Climático de Ciudades C40, así como entidades académicas, organismos de salud pública y servicios meteorológicos de docenas de países.

Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas a medida que las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan un aumento de las temperaturas mundiales, y ello afecta de forma creciente a la salud de las personas y a los sistemas sanitarios.

Solo en 2018, la población vulnerable de más de 65 años estuvo amenazada por un récord de 220 millones de exposiciones a olas de calor por encima de la media del período de referencia 1986–2005, según la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2019.

Aunque probablemente las condiciones medioambientales repercuten de forma limitada en los lugares y los momentos en los que se producen brotes de la COVID-19, el calor puede exacerbar las consecuencias de la enfermedad y agravar el desenlace clínico de sus pacientes.

Podría incrementar la tasa de contagio a raíz de la concentración de personas al aire libre y en espacios públicos, sin olvidar que la cantidad adicional de pacientes afectados por estrés térmico puede sobrecargar todavía más el sistema de atención sanitaria y otros esenciales en un momento en el que muchos de ellos ya se encuentran al borde del colapso.

En zonas afectadas por una gran cantidad de casos, un episodio de calor intenso podría acarrear graves consecuencias para la salud y provocar enormes cantidades de víctimas mortales.

La enfermedad por coronavirus ha exacerbado los riesgos asociados al calor que deben encarar muchos grupos vulnerables tanto a la COVID-19 como al estrés térmico.

A raíz de la pérdida de puestos de trabajo y de las prolongadas medidas de confinamiento, las personas en riesgo de presentar enfermedades provocadas por el calor pueden verse en condiciones socioeconómicas todavía más precarias, concluye la OMM en sus consideraciones sobre el particular.(Fuente:ACN)



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