Quito, 4 jul (RHC) El expresidente de Ecuador Rafael Correa agradeció la solidaridad expresada por el exmandatario brasileño Luis Inácio Lula da Silva ante la orden de prisión preventiva emitida en su contra en ese país sudamericano.
“Compañero Lula: Podrán encarcelar nuestros cuerpos, pero no nuestros ideales???. íVenceremos!”, respondió Correa a un mensaje de Lula, difundido en la red social Twitter, en el cual manifestó seguridad de que la justicia finalmente triunfará y los pueblos de América Latina decidirán democráticamente su futuro.
Asimismo añadió: “Gracias, compañero Lula. No podrán contra nuestras montañas de dignidad, verdad y justicia”.
El espaldarazo del líder brasileño, preso desde abril pasado a raíz de un caso considerado internacionalmente como de persecución política, se suma a otras muestras de apoyo provenientes de diversos lugares de la región, tras la decisión judicial adoptada la víspera.
La orden de prisión preventiva se dictó durante una audiencia solicitada por los abogados de Correa, vinculado al caso de presunto secuestro del exlegislador Fernando Balda, ocurrido en 2012 en Colombia.
El objetivo de la audiencia era revisar la medida cautelar en su contra de presentarse cada 15 días ante la Corte Nacional de Justicia, considerada inapropiada teniendo en cuenta que reside en Bélgica.
Sin embargo, además de acatar la petición del fiscal encargado Paúl Pérez de ordenar prisión preventiva, la jueza Daniela Camacho aceptó la solicitud a la Policía Internacional de decretar difusión de alerta roja contra Rafael Correa, para ubicarlo, detenerlo y extraditarlo a Quito, acción considerada por muchos como arbitrariedad jurídica y equívoco.
Desde el término de la diligencia, se pronunciaron en respaldo al exgobernante personalidades como el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el canciller de esa nación sudamericana, Fernando Huanacuni y el jefe de estado venezolano, Nicolás Maduro.
También se han expresado intelectuales como el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien calificó la decisión como persecución político-judicial y alertó sobre un Plan Regional Sistemático, en curso, que criminaliza al progresismo de América Latina y realiza golpes de Estado blandos con Estados Unidos a la cabeza.
De su parte, Correa manifestó confianza en que no prospere la petición a la Interpol ni su extradición desde el territorio europeo donde vive a Ecuador, porque: “una monstruosidad así jamás prosperará en un Estado de Derecho como Bélgica”.
El supuesto intento de secuestro a Balda, acusador particular de Correa, ocurrió en agosto de 2012 en Bogotá tras ser interceptado e introducido en un auto por personas, según explica, que respondían a ordenanzas provenientes del gobierno de Ecuador, donde era buscado para hacerle cumplir la sentencia de dos años impuesta en su contra.