Caracas, 25 ene (RHC) Nuevas voces en el mundo se suman a la solidaridad y respaldo a la constitucionalidad en Venezuela y en rechazo a cualquier forma de injerencia.
          
El Consejo Mundial de la Paz condenó de manera categórica el intento de derrocar al gobierno legítimamente electo del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y expresó que ese acto constituye un claro esfuerzo de intervención abierta en los asuntos internos del país sudamericano.

Por otro lado, la Comunidad del Caribe reafirmó sus principios de NO injerencia en los asuntos de los Estados, respeto por la soberanía, los derechos humanos y la democracia, ante la situación que vive ese nación.
         
También llamó a evitar cualquier tipo de intervención y destacaron la importancia de que el Caribe siga siendo una Zona de Paz.
          
Mientras, diversos países y grupos solidarios reiteraron su condena a las acciones de injerencia en los asuntos internos de Venezuela y se mostraron dispuestas a continuar y desarrollar los nexos económicos con las autoridades legítimas de ese país.

       
China reiteró su rechazo a una intervención militar en Venezuela y a cualquier tipo de injerencia, y ratificó que apoyará los esfuerzos del gobierno sudamericano para salvaguardar la independencia y la estabilidad.
     
 La portavoz de la Cancillería Hua Chunying exhortó a todos los Estados a cumplir con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, en especial, con las normas referidas a las relaciones internacionales, la no intromisión en los asuntos internos, el respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial, y a evitar el uso de la fuerza.
        
Sobre el respaldo a Venezuela también trascendió que la víspera el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula De Silva rechazó la decisión del gobierno de Jaír Bolsonaro de apoyar el golpe en Venezuela.
         
En un encuentro con la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, y el vicepresidente de esa organización, Márcio Macêdo, cuestionó el líder obrero la moral del ejecutivo brasileño, que aseguró respaldar a la oposición ultraderechista en sus propósitos de derrocar al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.