Turismo haitiano afectado por las protestas antigubernamentales

Édité par Nuria Barbosa León
2019-02-21 20:39:16

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Puerto Príncipe, 21 feb (RHC)  Las continuas protestas ocurridas en Haití en días recientes afectó al sector del turismo, que debe esforzarse por ubicarse en el mapa mundial.

La ministra del sector, Marie Christine Stephenson expresó estar consternada por las afectaciones de la actual situación económica que, además de los aspectos puramente económicos (entradas diarias, empleos, impuestos), dañan profundamente la imagen de Haití, aseguró.

En los últimos ocho meses el país experimenta una desestabilización sociopolítica y económica, acentuada este mes de febrero con la paralización parcial de las actividades en la capital, tras las protestas antigubernamentales orquestadas por el ala dura de la oposición.

La industria turística está sufriendo una vez más crisis recurrentes de gobernabilidad, señaló Stephenson, y añadió que ese panorama solo nos distancia de los indicadores de desarrollo humano y económico.

Las últimas movilizaciones que mantuvieron sitiada por 11 días a Puerto Príncipe, y otras ciudades como Jacmel y Les Cayes también perturbaron a turismo haitiano. Más de un 100 quebequenses quedaron varados durante una semana en el Royal Decameron Hotel Indigo Beach Resort & Spa, debido a los disturbios civiles.

De igual manera, la estación balnearia Moulin Sur Mer ubicada en Montrouis, departamento Artibonite, tuvo que suspender temporalmente sus actividades y servicios por la imposibilidad de obtener insumos esenciales durante las jornadas de protestas.

Más recientemente, la reconocida agencia online Expedia, eliminó temporalmente al país de su lista de destinos, luego que Estados Unidas y Canadá elevaran a cuatro la alerta de viajes a Haití.

Para algunos expertos, los esfuerzos realizados en el sector turístico en los últimos años han desaparecido y tardarán años en volver.

Durante el primer día de tregua de la oposición, Céant comunicó que reduciría un 30 por ciento del presupuesto del Ejecutivo, eliminaría privilegios innecesarios a los funcionarios gubernamentales como tarifas de combustible beneficiosas, tarjetas telefónicas, pago de viajes extraoficiales al extranjero y la reducción del número de consultores, entre otras.

También ordenó auditar todas las empresas vinculadas al Estado y trabajar con la comunidad internacional, el sector privado, la policía y la Inspección de Aduanas para vigilar y evitar todo lo posible el contrabando de mercancías.

Además, prometió reunirse con los empresarios para discutir un posible aumento de los salarios mínimos y seguir investigando la malversación de los fondos de Petrocaribe, que de acuerdo a un informe del Tribunal Superior de Cuentas supera los dos mil millones de dólares.

El jefe del Ejecutivo aseguró que sostendrá conversaciones con los socios internacionales para recuperar la inversión directa y desarrollará un programa con los productores locales, importadores y asociados foráneos para desglosar el costo de los productos.

Para algunos expertos estas medidas, aunque van más allá de las aprobadas hace dos semanas cuando se decretó el estado de emergencia económica, aún se parecen mucho a las promesas del inicio del gobierno de Jovenel Moise.

El profesor universitario y activista político Camille Chalmers, dijo a Prensa Latina que aplicar las disposiciones es atacar directamente las alianzas que el Gobierno estableció con los diferentes sectores, por lo que “no es factible”, aseguró.

Por su parte, el jefe de Estado, al cual le tomó ocho días pronunciar un discurso tranquilizador y por momentos agresivo, en medio de los disturbios sociales, insistió en el diálogo nacional como única alternativa para encontrar soluciones reales a la actual crisis.

De hecho, desde el martes inició conversaciones con representantes de varios sectores como el foro económico, los religiosos y hasta el expresidente interino Jocelerme Privert.

A los que aún no ha convencido, es al ala más radical de la oposición que cada vez suma adeptos y se niega a sentarse a la mesa de negociaciones con la administración, la acusa de mala gestión y de deteriorar aún más la situación de la población vulnerable.

Sin embargo, el senador Willot Joseph, quien abiertamente apoya al gobierno de Moise, denunció que el presidente no es el único responsable del deterioro de la situación económica del país.

Sin que hasta el momento se refuten sus declaraciones, Joseph dijo que algunos de los líderes de la oposición están también a cargo de organismos “jugosos”.


Mientras tanto, Haití vive una de sus peores crisis económicas con un déficit presupuestario que supera los 86 millones de dólares en el primer trimestre fiscal, una inflación de más del 15 por ciento y la pérdida de más del 68 por ciento del valor de la moneda nacional frente al dólar en los últimos tres años.

En el orden social, la pobreza extrema alcanza a una cuarta parte de la población y más del 80 por ciento vive con menos de dos dólares diarios.

A este escenario se enfrentan las reiteradas manifestaciones que en los últimos cuatro meses sacuden al gobierno de Moise y amenazan desestabilizar aún más a la empobrecida nación.



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