Moscú, 22 ago (RHC) El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró el poco interés de su país para sumarse al Grupo de los Siete (G7), aunque evalúa las posibilidades de diálogo entre las partes.
Medios de prensa estadounidenses confirmaron este martes que los mandatarios de Estados Unidos, Donald Trump, y de Francia, Emmanuel Macrom, acordaron en una conversación telefónica invitar a Rusia a la cumbre del G7 que tendrá por sede EE.UU en 2020.
Según Peskov, citado por Sputnik, “el presidente Putin dijo que Rusia no renuncia a ningún formato de comunicación, aunque regresar al G7, el antiguo G8, no es de por sí el objetivo”.
Subrayó que para el Kremlin “discutir temas globales de geopolítica, seguridad o economía sin países como China, la India y otros, no es muy efectivo”.
El vocero del Gobierno ruso significó que “otros formatos, como el G20, resultan mucho más ventajosos en este sentido. De hecho, es lo que dijo el presidente”, agregó.
Ayer, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajárova, dijo a la prensa que la iniciativa para la reincorporación de Moscú al Grupo necesita ser precisada para que Rusia la considere.
Apuntó que los comentarios de los presidentes de Estados Unidos y de Francia, sobre el regreso de Rusia al G7, deberían trasladarse a la esfera profesional.
'Es necesario trasladar la discusión de este tema del público al ámbito profesional, si el G7 quiere posicionarse como un formato serio', agregó Zajárova.
Los mandatarios del G7 (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón) se reunirán los próximos días 24 y 25 de agosto en la ciudad costera francesa de Biarritz.
Rusia comenzó a participar en las cumbres del G7 a mediados de los años 90 e ingresó como miembro de pleno derecho en 2002, lo que hizo que el grupo se convirtiera en G8.
Su participación fue suspendida en 2014 luego de la reincorporación de Crimea, tras el referendo de marzo de ese mismo año, donde el 96 por ciento de los votantes avaló esta opción.
Entonces, el resto de los países miembros del Grupo rechazó la invitación del presidente, Vladimir Putin, a la cumbre del G8, que tendría lugar en la ciudad rusa de Sochi.
En respuesta, Moscú no participó en la siguiente cumbre y en lo adelante el país dejó de ser invitado a las reuniones del Grupo.
Moscú ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y sostiene que la adhesión de Crimea se llevó a cabo respetando la legislación internacional y la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).