Washington, 26 nov (RHC) El cambio climático aumentó la velocidad máxima del viento de los huracanes hasta 45 kilómetros por hora (km/h), hecho que los convierten en una categoría más intensos, alertan hoy climatólogos.
Los océanos más cálidos como consecuencia del cambio climático, han provocado un aumento de los vientos de muchos huracanes en el Atlántico, explican en un artículo publicado en tutiempo.com.
De acuerdo con un análisis realizado por Climate Central, el cambio climático antropogénico está aumentando la intensidad de los huracanes en el Atlántico, en algunos caso hasta una categoría superior en la Escala de huracanes de Saffir–Simpson, que califica los huracanes en función de su velocidad máxima sostenida del viento.
El estudio señala que entre 2019 y 2023, el cambio climático antropogénico hizo que la velocidad máxima del viento de los huracanes aumentara un promedio de 29 km/h, prácticamente el rango de una categoría en la escala de Saffir-Simpson.
Mientras, se observó además, un aumento en la intensidad de todos los huracanes registrados en el Atlántico durante 2024 hasta 45 km/h, aumentando con ello el riesgo de daños por vientos.
La región del planeta que recibe más calor del sol es, lógicamente, la región ecuatorial, y en particular sus mares. Ese calor es redistribuido en el planeta, principalmente por el Cinturón Transportador Oceánico, que funciona como una gigantesca cinta transportadora que traslada las aguas cálidas desde las regiones tropicales a los polos, definiendo el clima del planeta y regulando la temperatura, explican.
A medida que el cambio climático calienta en exceso el ecuador, la naturaleza se vale de recursos adicionales para redistribuir ese calor a otras partes del mundo, sostienen.
Según indica Daniel Gilford, uno de los investigadores líderes de Climate Central, la forma en que lo hace nuestra atmósfera es con huracanes.El calentamiento de los océanos está alimentando ciclones tropicales más fuertes.
A partir de registros históricos de temperatura de la superficie del mar que se remontan a más de un siglo, junto con simulaciones matemáticas del clima terrestre, Gilford y su equipo desarrollaron un nuevo marco de atribución para medir rápidamente la influencia del cambio climático en la velocidad del viento de una tormenta tropical reciente.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores generaron simulaciones del Atlántico Norte en un mundo sin cambio climático, y luego calcularon cuáles habrían sido las velocidades del viento de los huracanes recientemente registrados sobre los mares atlánticos más fríos, para luego compararlas con las velocidades del viento observadas en los huracanes actuales.