Damasco, 29 jun (RHC) La representante de la FAO, Organización para la Agricultura y la Alimentación, en Siria, Eriko Hibi, afirmó que ese organismo incrementará su apoyo al país árabe en el sector agrícola y la proporción de asistencia humanitaria.

En Damasco, precisó Eriko Hibi que de los 85 millones de dólares solicitados por la FAO para ayudar a los beneficiarios en Siria, solo adquirió 17 millones, por lo cual continuaran trabajando para incrementar el respaldo financiero en varias zonas de esa nación afectadas por el conflicto.

A su vez, aseguró que el organismo internacional apoyará también en ese país los esfuerzos encaminados a combatir la desertificación y las sequías, el cambio climático y todo lo que perjudique el desarrollo alimentario.

Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, señaló que espera reanudar en julio las conversaciones de Ginebra entre el Gobierno y los opositores, aunque sin precisar una fecha.

Después de informar al Consejo de Seguridad sobre la situación del proceso político para detener el conflicto sirio, el diplomático declaró aquí a la prensa que están en curso consultas para anunciar el regreso a la mesa de diálogo cuando estén creadas las condiciones para el éxito de las pláticas.

De Mistura reconoció que existe presión ante la meta del 1 de agosto para lograr una transición política negociada por las partes en el país levantino, sumido en más de cinco años de una guerra impuesta por potencias occidentales y regionales empeñadas en el cambio de régimen en Damasco.

El gobierno del presidente Bashar al Assad y representantes opositores instalaron este año en Ginebra conversaciones que viven una pausa desde finales de abril, cuando concluyó la segunda ronda.

De acuerdo con el enviado especial de la ONU, la transición política es la única manera de resolver el conflicto, sin olvidar la importancia de combatir el terrorismo que azota a Siria.

La cuestión de la transición genera posturas bien encontradas, de un lado occidente y potencias regionales como Turquía, Arabia Saudita y Qatar, que la interpretan como la salida del presidente al Assad del poder y del futuro político, y del otro Damasco, que apoyado por Rusia e Irán califica de injerencia esa posición.

De Mistura insistió en la urgencia de que Estados Unidos, Rusia y otros países utilicen sus influencias sobre los actores de la crisis para reanudar las negociaciones de Ginebra y materializar lo establecido en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad, una hoja de ruta para la paz en Siria.

La iniciativa adoptada aquí en diciembre refleja su apoyo a un proceso entre sirios que lleve en seis meses a una "gobernanza creíble, incluyente y no sectaria", a la redacción de una nueva Constitución y a la celebración de "elecciones libres y justas" en un plazo de 18 meses y bajo la supervisión de Naciones Unidas.

Necesitamos respaldo e ideas para trabajar de cara a esa transición, la cual nadie rechaza, dijo el mediador.