Senador demócrata Peter Welch.

Washington, 8 ago (RHC) El senador demócrata, Peter Welch, afirmó que retirar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo es hoy una medida que Estados Unidos puede y debe tomar para recomponer su relación con la isla.

Welch, quien es miembro del Senado estadounidense por Vermont desde este año, presentó una declaración para el Registro del Congreso en la que esboza las oportunidades para avanzar en los nexos bilaterales.

En su propuesta, el legislador advirtió que las políticas actualmente en vigor equivalen a poco más que una continuación de la agenda fracasada de la administración anterior.

Esas políticas –subrayó- están contribuyendo, directa e indirectamente, a las penurias y la escasez en Cuba, lo que a su juicio fue un factor desencadenante del incremento del flujo migratorio de ciudadanos cubanos hacia Estados Unidos en 2022.

Welch se refirió también a los efectos que, en este escenario, han tenido también los desastres naturales; sin embargo, reconoció que los cubanos “a pesar de todo, han perseverado, impulsados por su extraordinario ingenio, orgullo nacional y resistencia innata”.

Considerada una importante figura en Vermont durante más de tres décadas, el senador sugirió revertir varias políticas de Estados Unidos que “han estancado el restablecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre ambas naciones”.

Pidió, entre otras, junto a la eliminación de Cuba de la arbitraria lista de estados patrocinadores del terrorismo, “la renuncia a las sanciones extraterritoriales bajo el Título 3 de la Ley Helms-Burton”, que tipifican el bloqueo impuesto por la Casa Blanca a la nación antillana hace más de seis décadas.

Para Welch, Estados Unidos debe continuar el camino de mejorar las relaciones diplomáticas con Cuba, incluyendo el envío de un embajador a La Habana.

Aunque el presidente Joe Biden prometió cambiar las políticas del republicano Donald Trump (2017-2021) de llegar a la mansión ejecutiva, casi tres años después de su elección, el demócrata adoptó algunas flexibilizaciones, pero en esencia mantiene la misma línea de su predecesor respecto a Cuba y el bloqueo sigue intacto.