¿Qué significa para la salud y para el clima en Cuba la llegada del polvo del Sahara?

Édité par Bárbara Gómez
2020-06-23 20:33:59

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Foto: Doctor Eugenio Mojena.

La Habana, 23 jun (RHC) Hace unos días el doctor José Rubiera, exdirector del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología, aseguró que una nube proveniente del Sahara estaría llegando a Cuba esta semana, trayendo consigo una densa columna de polvo.

Este fenómeno meteorológico que acapara titulares en la zona Oeste del mundo trae consigo la concentración más alta de partículas de polvo observadas en la región en los últimos 50 años, y ya es visible en el Caribe y en la región Oriental de Cuba.

La densa nube ha viajado unos cinco mil kilómetros desde África y varios países del Caribe han tenido que recomendar a los ciudadanos el uso de mascarillas por los perjuicios que tendrá para la salud aspirar estas partículas y también quedarse en casa y evitar las acciones al aire libre.

En la habitual conferencia de prensa sobre el avance de la COVID-19 en Cuba de este 23 de junio, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología, también se refirió a que el nasobuco sería importante para evitar los efectos adversos del polvo en la salud.

Durán refirió que el fenómeno meteorológico que nos afectará hasta el viernes podría provocar tos, irritación en los ojos, malestar en la garganta, y otras manifestaciones, sobre todo en personas alérgicas o asmáticas.

Los doctores que han sido entrevistado en los países por los que la nube ha pasado ya sugieren que, de sentirse cuerpos extraños en los ojos, las personas deben lavarse con abundante agua, de preferencia hervida, y antes de iniciar el procedimiento, asearse bien las manos, a la vez que recomiendan cubrir las fuentes de almacenamiento de agua.

Según datos de la Organización Meteorológica Mundial las partículas de polvo causaron solo en 2014 unas 400 mil muertes prematuras por enfermedad cardiopulmonar en la población de más de 30 años de edad.

Los expertos en el tema meteorológico aseguran que los efectos para el clima de la nube no siempre son perjudiciales, pues el calor de la capa que forma (a veces del tamaño de un continente) actúa para estabilizar la atmósfera cuando el aire cálido de la nube de polvo se eleva por encima del aire más frío y denso.

También se ha escrito que el polvo mineral suspendido absorbe los rayos solares, otra de las causas de la regulación de la temperatura, además que estos minerales reponen los nutrientes de los suelos tropicales, que se ven afectados tradicionalmente por las lluvias.

Sin embargo, algunos biólogos han alertado sobre posibles partículas nocivas para la vida en los mares, sobre todo afecta a los corales, y las nubes de este tipo ayudan a suprimir la formación de ciclones, lo que significaría, según el National Hurricane Center de los Estados Unidos, que de volver a formarse una nube de este tipo se pronostican pocos huracanes de gran intensidad.

En el caso específico de la nube que llega esta semana a Cuba, tiene una extensión horizontal de cuatro mil a cinco mil kilómetros, un tamaño superior a la superficie continental de los Estados Unidos.

Esta masa de aire seco cargado de partículas de polvo se forma sobre el desierto del Sahara durante el final de la primavera, el verano y principios del otoño, y generalmente se mueve hacia el oeste sobre el océano Atlántico cada tres o cinco días, pero la presencia de vientos alisios en esta época del año hace que viaje más de 10 mil kilómetros y llegue hasta esta parte del mundo. (Fuente: ACN).



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