por Roberto Morejón

La UNEAC, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, llega a su aniversario 55 con la renovada necesidad de cumplir con sus encomiendas, a favor de la cultura y de la unidad de escritores y artistas en torno a la preservación de la identidad nacional.

Hablamos de una institución prestigiosa representativa de la cultura nacional en toda su riqueza que acogió desde su inicio a hijos notables de este país como Nicolás Guillén, Eliseo Diego, Roberto Fernández Retamar, Raquel Revuelta y Alicia Alonso.

Félix Pita Rodríguez, Pablo Armando Fernández, Abel Prieto, Miguel Barnet, Verónica Lynn, Onelio Jorge Cardoso y Vicente Revuelta, entre otros, integraron también la honorable galería de la UNEAC.

La lista es extensa y sus integrantes realzan el soporte de una organización abierta, inclusiva y democrática que acoge diversos puntos de vista, con frecuencia polémicos, pero en sintonía con el desarrollo y salvaguarda del proyecto de nación.

La UNEAC se fundó por idea del líder histórico de la Revolución Fidel Castro poco después del primer congreso de los escritores y artistas, bajo el efecto de las contundentes palabras a los intelectuales del autor del alegato La Historia me absolverá.

Hoy, la UNEAC ha crecido numéricamente, sin renunciar a la selectividad atendiendo a la obra de los candidatos a integrarla.

Y es bueno que así sea para sostener intelectual, ideológica y socialmente una colectividad de la que se espera mucho por el aporte de sus ideas y su labor en las comunidades.

En barrios y poblados es imprescindible ganarle espacio a la llamada cultura “chatarra”, la impuesta por los grandes centros de poder del Primer Mundo, con buena dosis de mensajes colonizadores y frívolos.

El ministerio cubano de Cultura, escritores y artistas dentro y fuera de la UNEAC, escuelas y, sobre todo, las familias, deben ejercer influencia sobre las nuevas generaciones para que el avance de las nuevas tecnologías se asocie al aprendizaje de ideas constructivas.

Los intelectuales cubanos cumplen con gusto esa misión y se proponen asimismo trabajar más con la industria del turismo para que la imagen brindada sea la de la auténtica cultura y NO otra prefabricada y populista.

Como dijo el Poeta Nacional Nicolás Guillén, Cultura es lo que nos vé carácter y espíritu propios, y nos enseña a encontrar en las raíces en la tierra el vigor y la ternura de las altas ramas que se elevan hacia las nubes.

A 55 años de su fundación, la UNEAC sigue bregando por la preservación del proyecto de justicia social e independencia nacional, al que han dedicado sus sueños y esfuerzos tantas generaciones de cubanos.