Abuelas contra decisión de Milei
por María Josefina Arce
Abuelas de Plaza de Mayo no detienen su labor a favor de la verdad y la justicia; y en los últimos días dieron la buena noticia de la restitución de la identidad del nieto 138, robado a sus padres, quienes fueron detenidos durante la última dictadura militar en Argentina, de 1976 a 1983.
Es bien conocido que en la ESMA, Escuela de Mecánica de la Armada, y otros centros de detención y tortura funcionaron maternidades clandestinas y 500 niños fueron separados de sus madres.
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, afirmó que esta nueva restitución es una muestra, una vez más, de las consecuencias del terrorismo de Estado, y también de la necesidad de dar importancia a las políticas de derechos humanos para que los delitos de lesa humanidad cesen.
Pero la emblemática organización enfrenta en la actualidad serios obstáculos ante el desmantelamiento por el gobierno del presidente de Argentina, Javier Milei, de mecanismos de derechos humanos.
Milei es un negacionista de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar en el país suramericano, donde se registraron más de 30 mil detenidos desaparecidos, una cifra que intenta desconocer.
El mandatario quiere borrar la historia. Sus acciones ponen en riesgo la búsqueda de los bebés robados, que tienen derecho a conocer su verdadera identidad.
Es así que en agosto pasado cerró la Unidad Especial de investigación de la desaparición de niños durante la dictadura, algunos de los cuales fueron entregados a familias de los militares, otros abandonados o vendidos.
Creada en 2004, bajo el mandato de Néstor Kirchner, y adscrita a la CONADI, Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, esta unidad agilizaba la búsqueda de los infantes arrebatados a sus padres, pues tenía potestad para acceder a archivos y documentos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Por tanto, al no contar con la Unidad Especial, la CONADI, instituida en 1992, ve seriamente comprometida su contribución a la búsqueda que llevan adelante las Abuelas de Plaza de Mayo desde hace casi cinco décadas.
No es este el único golpe de las autoridades. También redujeron drásticamente el presupuesto destinado al Banco Nacional de Datos Genéticos, imprescindible para encontrar a los niños robados durante ese oscuro periodo de la historia de Argentina.
El gobierno del ultraderechista Javier Milei obstaculiza el proceso de memoria, verdad y justicia. Intenta sostener la impunidad de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar, como el robo de niños nacidos de madres en cautiverio, crecidos bajo una identidad falsa y que tienen derecho a conocer quienes fueron sus padres.