Jhonatan quiere hacer brillar su propia luz

Editado por Arlettys Guevara
2016-10-21 17:13:51

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Hermanos de la logia junto a Jhonatan Ramírez

Por Arlettys Guevara

La Habana, 21 oct (RHC) Jhonatan Ramírez Valdés es un niño de ocho años que padece una enfermedad renal crónica, y desde octubre del 2014 está hospitalizado en el Pediátrico del municipio cubano de Centro Habana.

El pequeño, dependiente de diálisis, es natural de Minas de Matahambre, territorio perteneciente a la occidental provincia de Pinar del Río, y a pesar de lo duro que puedan ser sus días, siempre una sonrisa se le dibuja en el rostro. Tal vez por la ingenuidad de los años y por el amor que le trasmiten las personas que más cerca están de él.

Entre los individuos que hacen especial su vida están los miembros de la Logia “Hijos del Mar No11” Independiente Orden de Odd Fellows, de quien Jhonatan es hijo adoptivo.

Esta Institución No Gubernamental acoge al pequeño porque es parte de sus principios visitar al enfermo y consolar al triste. Pero Jhonatan, más allá de eso, ha tocado en lo profundo de sus corazones, y ya forma parte de esa gran familia.

En esta ocasión, “Hijos del Mar No11” quiso darle una sorpresa al pequeño. Un sencillo espectáculo en el Pediátrico donde vive le mostraría por primera vez a este niño qué es un mago y qué cosas puede hacer.

Con una alegría inmensa disfrutó Jhonatan de la función, y mágica parecía su alegría al observar anonadado cada acto del mago Rancés Ruiz, hermano masón de la Logia América.

La actividad también estuvo dedicada a otros niños que igualmente están hospitalizados en ese Pediátrico, y que padecen distintas enfermedades crónicas.

Qué lindas enseñanzas encierran las palabras de Amistad, Amor y Verdad, expresión de los más sinceros sentimientos que profesan los hermanos de “Hijos del Mar No11”, quienes dan sentido a su existencia con cada obra solidaria.

El vínculo entre Jhonatan y los miembros de la Independiente Orden de Odd Fellows es inigualable. El niño encuentra a un padre en cada uno de ellos.

Con sus atenciones, esa fraternidad no solo le transmite alegrías al pequeño, también motivan su vida. El niño encuentra esperanzas en ellos gracias a la fe que le inculcan. Porque “Hijos del Mar No11” sabe que proclamar ese sentimiento es un buen remedio para todos los males.

Los hermanos de esta fraternidad mostraron a Jhonatan otro rayo de sol, y ahí sigue él, feliz de haber hecho su sueño realidad. Quien sabe y algún día pueda sacar un regalo de su sombrero de mago o con su varita mágica hacer brillar su propia luz.



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